El Gobernador no ha pronunciado palabra. Es el verdadero responsable del hecho ocurrido hoy y según fuentes cercanas a Mnews se mantiene sin dar la cara por temor a la crecida de violencia que pueda ocurrir.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, le exigió a Axel Kicillof medidas para evitar otro crimen. El Gobernador hasta el momento no aparece y no ha dado explicaciones públicas.
"Una vez más perdimos a un trabajador. La inseguridad nos preocupa y les venimos a pedir que encontremos un camino para que no suceda más esto en la provincia de Buenos Aires”, expresó.
Las imágenes de hoy exponen una violencia que escandaliza y asusta. El ministro de Seguridad, Sergio Berni, terminó atacado a golpes y piedrazos por una turba de exaltados que protestaban por el crimen de Daniel Barrientos, un chofer de la línea 620 de colectivos a quien le quedaban pocas semanas para jubilarse. La principal víctima de todo esto, el trabajador, murió de un tiro en el pecho, en medio de un tiroteo entre ladrones y un policía.
El caso de Barrientos no fue el único. Es, desgraciadamente, uno más de una lista terrible de crímenes que incluyen a Leandro Alcaraz y Pablo Flores. Son nombres que se apilan de manera macabra ante un gobierno nacional, provincial y municipal que sólo atina a prometer soluciones hasta el siguiente muerto.
Es el contexto y el antecedente que expone la dimensión de un problema que está debajo de las trompadas, las pedradas y el repudiable ataque al funcionario del gobierno de Axel Kicillof. Una sociedad harta de las promesas y que padece cada día, todos los días, un crimen, un robo, violencia. En simultáneo, ve como empeora su calidad de vida, el sueldo le dura menos y las privaciones crecen.
Tierra de violencia
Que haya ocurrido ese espectáculo dantesco de un funcionario contra un paredón escrito con consignas por Cristina Kirchner y Fernando Espinoza le ponen un telón de fondo pertinente. La Matanza no es un lugar, parece más un síntoma. Un informe de opinión pública que difundió el Instituto Estratégico para el Desarrollo Local (IEDEL) le puso números a lo obvio: el 87% de los consultados está disconformes con la seguridad en el municipio que gobierna con puño de hierro Espinoza hace 17 años. Ese trabajo, incluso, reveló que el 51,8% se siente inseguro en el transporte público o cuando esperan tomarse el colectivo o el tren. Ese temor lo sufren más las mujeres que los hombres.
“El 85,5% afirma que es frecuente el robo o hurto de pertenencias en la vía pública en su barrio y el 60,4% el robo o hurto de vehículos o partes”, estableció el informe que se realizó sobre seis encuestas realizadas entre 2100 personas.
Es un municipio donde las cifras de pobreza, de inseguridad y la ausencia del Estado conviven con una situación estrafalaria. Es la Municipalidad que tiene miles de millones de pesos depositados en el sistema financiero y superávit fiscal todos los años. Según un estudio de los equipos técnicos del diputado Alejandro Finocchiaro, a septiembre del año pasado, tenía 29 mil millones de pesos inmovilizados.
El reclamo por más seguridad no es sólo de La Matanza. Encabeza, por debajo de la inflación, todos los sondeos de opinión en todo el país. Lo que ocurrió en el límite del distrito más rico de la Argentina y uno de los más pobres del Conurbano dejó un mensaje clave: el hartazgo social se puede salir de control. Y de ahí no hay retorno.