Inglaterra, en efecto, estaba en crisis, y esa crisis era mayor incluso de lo que se podía deducir de sus irregulares juego y resultados. Francia, un equipo mucho más trabajado y concentrado, que tiene entre ceja y ceja el Mundial del que va a ser anfitrión dentro de seis meses lo dejó claro endosando al XV de la Rosa una derrota

 histórica, épica y abrumadora. Hasta ahora, en toda la historia del V y del VI Naciones (de 1947 en adelante), Francia sólo había logrado vencer en Londres en 10 ocasiones: 1951, 55, 67, 75, 77, 82, 83, 87, 97 y 2005. 

El récord de diferencia gala se dio precisamente en el primero de esos enfrentamientos: ocho puntos (3-11). 72 años después se ha roto ese récord con un abrumador 10-53 (ensayos 1-7). También es el más amplio triunfo galo sobre Inglaterra en términos absolutos.

Si todo lo que sucede en el VI Naciones se convierte en historia del rugby, no cabe duda de que este triunfo quedará en la leyenda del deporte oval. Inglaterra intentó sacudirse el dominio galo, ciertamente, pero la diferencia fue demasiado grande como para que la breve fase en la que logró no ser desarbolada fuera significativa

. El sonido ambiente de Twickenham, en el que La Marsellesa dominaba sobre el murmullo de una deprimida afición local fue el mejor resumen del partido. Sobre el césped se vio a un equipo que demostró estar varios escalones por encima del otro imponerse en todas las facetas del juego: defensa, melé, delantera, toma de decisiones...