María Belén Zerda, la mujer hallada en abril de 2025 tras una intensa búsqueda, habló por primera vez y desmintió las versiones de esquizofrenia. Asegura que huyó a la selva de Cancún para escapar de un grupo criminal que la estaba vigilando tras clonar su celular y quería usarla para un secuestro extorsivo.
Siete meses y medio después de que su nombre se hiciera conocido en Argentina y México, la argentina María Belén Zerda decidió romper el silencio y contar su versión de los hechos que la llevaron a ser reportada como desaparecida y a ser hallada 10 días después en la selva de Cancún. Belén desmintió las versiones oficiales de las autoridades mexicanas que alegaron que "padecía esquizofrenia" y que esa fue la razón por la que huyó, asegurando que su calvario fue producto de un hackeo sofisticado y una huida para escapar de un posible secuestro extorsivo.
Según el testimonio de Belén, el problema comenzó tras cambiar su celular con una persona recomendada, dándolo como parte de pago. Si bien el reinicio del equipo fue delante suyo, un grupo de desconocidos logró luego pedir un nuevo chip y, gracias a que su teléfono nuevo funcionaba con un e-SIM (versión digital), obtuvieron el control total de su dispositivo.
A través de su celular clonado, los desconocidos no solo realizaron gastos con tarjetas y lograron tomar su cara mediante capturas de pantalla automáticas, sino que tuvieron acceso y control total de su vida digital. "Yo tenía desviada la ubicación, llamadas, todo. Me escuchaban y me veían 24/7", relató.
A principios de abril, Belén se dio cuenta de que la estaban siguiendo en la calle. Su sospecha, que aún sostiene, es que querían usarla para un secuestro extorsivo debido a sus contactos con gente famosa de Argentina y México que había conocido en eventos. La situación escaló cuando recibió un llamado explícito de un hombre colombiano que le dijo: "Te estamos vigilando".
Tras advertir a su familia y amigos, se refugió en la casa de una amiga, pero al darse cuenta de que esta también tenía sus datos desviados, tomó una decisión radical: apagar su teléfono y entrar a la selva el 8 de abril. Cinco minutos después, vio cómo "llegaron muchas camionetas rápido a lo de mi amiga", lo que confirmó su sospecha de estar siendo buscada.
Belén sobrevivió 10 días en la selva de Cancún, caminando por las noches y durmiendo bajo los árboles durante el día para mitigar el intenso calor. Entró solo con un short, un top y unas crocs. Para beber, salía a la avenida a juntar las botellas que la gente arrojaba, mezclando el líquido. Para comer, solo encontró una fruta silvestre llamada Syzygium durante dos días. También improvisó una capa con una bolsa gruesa para protegerse del frío nocturno.
El día del rescate, Belén se acercó a un local con muchas cámaras por no poder más, pidiendo ayuda a los empleados y solicitando que llamaran a la policía, pero no a la local, por su desconfianza. Tras una hora y media de espera y la intervención de las autoridades, fue trasladada a la Fiscalía, donde le diagnosticaron deshidratación y lastimaduras. Tras ser dada de alta, regresó a Buenos Aires, donde permanece instalada.
A casi ocho meses de los hechos, Belén aún no recupera el control total de sus datos digitales. Los sospechosos tienen duplicado el ingreso a su Instagram de marca de ropa, correos y otros accesos. La mujer ha formalizado la denuncia en la Comisaría 1F de la Policía de la Ciudad, y su caso fue asignado al fiscal Carlos Alberto Vasser, aunque todavía espera una respuesta para poder recuperar el control de su vida digital.