El fiscal explica por qué se trató de un sistema organizado, estable y jerarquizado de recaudación ilegal. "Los empresarios lograban favores de parte del Estado y los integrantes del grupo paraestatal a través de los pagos se enriquecen y garantizaban la continuidad de la asociación ilícita durante el transcurso del tiempo", se leyó.
El juicio a los cuadernos de las coimas continúa hoy jueves en su séptima audiencia en el Tribunal Oral Federal N°7, luego de que, el martes pasado, la defensa de Julio De Vido, uno de los principales acusados del caso, intentara recusar a los jueces Enrique Méndez Signori, Fernando Canedo y Germán Castelli.
Los jueces suspendieron la audiencia para resolver la cuestión; un cuarto intermedio de "diez minutos" se convertiría en casi cinco horas de espera con la pantalla en negro de la transmisión del Poder Judicial en YouTube
"Asociación ilícita para enriquecerse": la acusación de la fiscalía
Tras los anuncios de rigor, el secretario Ernesto Javier Ruiz comenzó la lectura de la imputación de la causa 96'9/2018/TO2, escrita por el fiscal Stornelli. "Entre los años 2003 y 2015, funcionó una asociación ilícita que fue formulada, esquematizada y liderada por quienes ejercieron como máximos referentes del Poder Ejecutivo de la Nación", aseveró.
"Este Ministerio Público Fiscal consideró que" CFK, De Vido, Roberto Baratta, Oscar Centeno y otra decena de imputados participaron de esta "asociación ilícita fundada y sostenida durante el período señalado, con el objeto de que sus integrantes pudieran enriquecerse personalmente de manera ilegal, mediante negociaciones y acuerdos espurios entablados con empresarios de distintos rubros".
"El sistema de recaudación ilegal contó con dos canales independientes aunque complementarios", siguió. Se trataba de los propios funcionarios, con Roberto Baratta y su secretario, Nelson Lazarte, a la cabeza. Luego, "la Camarita" misma, con Ernesto Clarens, Wagner y López. Ambos conformaron "la misma estructura jeraquizada" para entregar el dinero en el departamento de los Kirchner en Recoleta o en la Quinta de Olivos. Luego, se procedía a "favorecer a la empresa cohechante" a cambio de "el pago de un retorno". Las cifras de la acusación se basan en los cuadernos de Centeno y su declaración como arrepentido, números a los que Stornelli considera "aproximadas".
Las coimas de tres empresarios
El primer supuesto pago relatado, en base a los cuadernos, fue uno de 1,5 millones de dólares, entregado por Hugo Dragonetti y recolectado por Baratta y Lazarte. Hugo Dragonetti fue el presidente de Panedile Argentina S.A, acusado de 22 coimas. El propio empresario reconoció el pago en su indagatoria. "Hay uno que no figura y que fue en el año 2010 en la cochera de la oficina", aseveró en su indagatoria. Sin embargo, contradijo el número: según el empresario, fue un pago de 35 mil dólares.
En todo caso, para Stornelli -y por ende, para la fiscal acusadora Fabiana León- Dragonetti pagó para obtener beneficios.
Panedile, según la causa, fue la tercera empresa más beneficiada en obras energéticas durante aquel período.
Alberto Tasselli, otro empresario acusado en la jornada del jueves
Jorge Alberto Tasselli registró 23 ingresos al Ministerio de Planificación. La pericia a la computadora Macbook Air de Walter Fagyas, ex presidente de ENARSA, otro funcionario de Planificación acusado, reveló varios reclamos del empresario por diversas obras en una lista de llamados.
Tasselli, hoy de 79 años de edad, presidente de Faraday SAICF y titular de la firma General Plastic Corp S.A, está acusado de pagar seis coimas, por ejemplo, una supuestamente abonada el 31 de julio de 2013 en medio de un almuerzo en el Yacht Club de Puerto Madero.
En su declaración como arrepentido, Tasselli aseguró, minimizando los montos fabulosos ventilados por Centeno:
"Entregué en total no más de 1,7 millones de pesos aproximadamente".
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Las repercusiones no tardaron en llegar, en la city aseguran que si bien es una señal positiva aún falta la confirmación y, en ese aspectos, aún se mantiene la cautela.