Avanza la causa por los restos hallados al lado de la casa de Cerati. La Justicia sospecha de un excompañero de colegio de la víctima, que vivía en esa casa.
La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°12, a cargo de Martín López Perrando, investiga a un excompañero de Diego Fernández Lima, el adolescente de 16 años cuyo cuerpo fue hallado desmembrado en una vivienda del barrio porteño de Coghlan, como posible responsable del crimen ocurrido hace más de cuatro décadas.
Según datos aportados por una persona que colaboró con la investigación, el principal sospechoso -un hombre de 56 años- fue compañero del joven en la Escuela Nacional de Educación Técnica N°36, ubicada en la calle Galván 3710, en el barrio de Saavedra. Sin embargo, no pertenecía al grupo de amigos habituales de Fernández Lima ni del club Excursionistas, donde el adolescente jugaba al fútbol, por lo que su vínculo con la víctima habría pasado desapercibido para los familiares.
El 20 de mayo, obreros que realizaban trabajos de demolición en la propiedad ubicada en avenida Congreso 3748 encontraron 151 fragmentos de restos óseos humanos, entre los que se identificaron tibia, peroné, mandíbula, piezas dentales y otros objetos como una llave, un llavero naranja, parte de un reloj CASIO, una etiqueta de ropa, un trozo de tela y un dije con inscripciones asiáticas.
Los restos fueron levantados por peritos de la Policía Científica y entregados al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Mediante un análisis de ADN, se confirmó la identidad del joven desaparecido el 26 de julio de 1984 a las 14:00.
El cuerpo había sido enterrado en una fosa pequeña, de apenas 40 cm de profundidad, 60 de ancho y 1,20 metros de largo, en la medianera que divide dos viviendas del terreno.
La vivienda donde se hallaron los restos fue alquilada entre 2001 y 2003 por el músico Gustavo Cerati, exlíder de Soda Stereo, y también habitada por la artista plástica Marina Olmi -hermana del actor Boy Olmi-, Hilda Lizarazu y Tito Losavio. El inmueble fue adquirido por Olmi a los herederos de una mujer alemana, Olga Schuddekopf, y había funcionado previamente como sede de la iglesia Santa María. Contaba con pileta, patio y dos viviendas internas.
La conexión del principal sospechoso con la víctima, a través de la escuela técnica, reabre líneas investigativas que podrían aportar nuevos elementos a un caso que permaneció sin resolver por más de 40 años. La fiscalía continúa con las citaciones a testigos y la recolección de pruebas que permitan esclarecer lo sucedido con Fernández Lima.