Argentina Historias de vida

Juan, el mono: el primer habitante argentino en visitar el espacio

Juan fue recuperado sano y salvo, aunque sedado y algo nervioso, y vivió luego dos años en el zoológico de Córdoba.

Miercoles, 2 de Julio de 2025

El 23 de diciembre de 1969, apenas cinco meses después de la llegada del hombre a la Luna, Argentina protagonizó un hito histórico en la ciencia y la exploración espacial latinoamericana. Un pequeño mono caí oriundo de la provincia de Misiones, llamado Juan, fue lanzado al espacio a bordo del cohete sonda Canopus II, convirtiéndose en el primer "astronauta argentino" y uno de los primeros seres vivos de América Latina en cruzar la atmósfera terrestre.

Un vuelo pionero en la historia espacial argentina

Juan, que pesaba apenas 1,4 kilogramos y medía 30 centímetros, viajó sedado en una cápsula especialmente diseñada para él, ubicada en la punta del cohete Canopus II. El lanzamiento se realizó desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados, en Chamical, provincia de La Rioja, a las 6:30 de la mañana. Durante aproximadamente ocho minutos, el cohete alcanzó una altitud cercana a los 90 kilómetros, rozando la llamada línea de Kármán, que marca el límite entre la atmósfera y el espacio exterior.

Aunque el vuelo fue suborbital -no entró en órbita- y por debajo del límite internacionalmente aceptado de 100 kilómetros para considerar un viaje espacial, la hazaña fue un gran avance para la incipiente política espacial argentina. Juan fue recuperado sano y salvo, aunque sedado y algo nervioso, y vivió luego dos años en el zoológico de Córdoba.



El contexto del Proyecto Experiencia BIO

Este histórico vuelo formó parte del Proyecto Experiencia BIO, una iniciativa liderada por el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), hoy CONAE. El proyecto buscaba experimentar con seres vivos en lanzamientos de cohetes desarrollados íntegramente en Argentina, con el objetivo de avanzar en la tecnología espacial nacional y preparar futuras misiones tripuladas.

Antes de Juan, otros animales habían sido lanzados en cohetes argentinos, como el ratón Belisario y la rata Dalila, pero Juan fue el primero en alcanzar una altitud cercana al espacio. El ingeniero aeronáutico Aldo Zeoli, considerado uno de los padres de la astronáutica argentina, fue una figura clave en el desarrollo de esta iniciativa.

Un legado para la ciencia y la exploración

El vuelo de Juan posicionó a Argentina como el cuarto país en el mundo en enviar un ser vivo al espacio y recuperarlo con vida, después de Estados Unidos, la Unión Soviética y Francia. Este logro marcó un antes y un después para la ciencia y la tecnología nacional, demostrando la capacidad argentina para desarrollar vectores y cohetes propios y sentando las bases para futuros proyectos espaciales.

La historia de Juan fue inmortalizada en el documental argentino Juan, el primer astronauta argentino, dirigido por Diego Julio Ludueña, que rescata la memoria de esta epopeya científica y tecnológica