En la antesala de la marcha kirchnerista del miércoles, el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, lanzó un mensaje desafiante al Gobierno nacional y especialmente a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al afirmar que no espera que se aplique el protocolo antipiquetes durante la movilización.

"No creo que Patricia cometa el error de querer aplicar el protocolo", sostuvo el dirigente social en declaraciones al programa Yo no fui, por Radio Con Vos. La protesta se organiza en apoyo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien debe comparecer ante la Justicia luego de que la Corte Suprema confirmara su condena a seis años de prisión en la causa Vialidad y la inhabilitara de forma perpetua para ejercer cargos públicos.

Pérsico anticipó que la marcha será "una de las más grandes de los últimos tiempos" en Argentina. "Estamos organizando una enorme movilización, con participación de gobernadores, sindicatos, organizaciones sociales y columnas del conurbano e interior del país", aseguró.

En ese contexto, criticó la capacidad operativa del Ministerio de Seguridad para contener una movilización de semejante magnitud. "Patricia tiene dos mil efectivos en Capital Federal, pero no tiene recursos suficientes para controlar Buenos Aires e interior. Si pudiera reprimir, lo haría. Conociéndola, lo haría. Pero no creo que tenga la capacidad", ironizó el líder del Movimiento Evita.

La convocatoria se da en un momento de alta tensión política, tras la confirmación judicial de la condena a Cristina Kirchner y en medio de cuestionamientos a la gestión de Javier Milei por el uso de fuerzas federales ante distintas manifestaciones.

Pérsico también mencionó que "el otro día, en Moreno, sí hubo represión y estuvo la Gendarmería", en referencia a incidentes recientes, pero volvió a insistir en que el Gobierno evitará intervenir esta vez por la magnitud esperada de la protesta.

La movilización del miércoles pondrá nuevamente a prueba el protocolo de orden público de la ministra Bullrich, y marcará un nuevo episodio de confrontación entre el oficialismo y el kirchnerismo, que busca rearticular su base en torno a la figura de la expresidenta, ahora condenada e inhabilitada.