Según Kuret, Bodegas de Argentina fue parte activa de la COVIAR en sus inicios, pero en 2019 decidió retirarse junto con otras cámaras, debido a diferencias estructurales y de gestión. El dirigente destacó que los objetivos numéricos del plan estratégico no se cumplieron, y sin embargo, las bodegas están obligadas a seguir realizando aportes compulsivos. A su juicio, esto genera una carga económica injustificada en un contexto de crisis en el sector vitivinícola y caída sostenida de las exportaciones de vino argentino desde 2010.

Además, señaló que la promoción internacional del vino argentino ya se realiza a través de organismos como Wines of Argentina, que funcionan con aportes voluntarios de empresas privadas. Kuret remarcó que mantener una estructura como la COVIAR, sin resultados verificables y con un esquema obligatorio de financiamiento, no tiene sentido en el escenario actual. También cuestionó la falta de renovación de autoridades dentro de la corporación y la escasa efectividad de las campañas de posicionamiento en el exterior.

Por estas razones, Bodegas de Argentina respalda la derogación de la COVIAR, enfatizando que se trata de una demanda legítima de muchas bodegas que ven con preocupación el uso de los fondos y la falta de resultados tangibles. La organización considera que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y otras entidades ya existentes podrían asumir la planificación estratégica sin necesidad de sostener nuevas estructuras burocráticas.