Dispuso que a partir del primer día de 2025 todas las recetas deban ser digitales.
En las primeras horas de 2025 entrará en vigencia la obligatoriedad para miles de profesionales de la salud de decirle adiós al recetario en el que hasta ahora confeccionaban prescripciones de medicamentos de puño y letra, y pasarse de lleno a la receta médica electrónica. Plasmada en una resolución publicada en el Boletín Oficial este martes, la decisión del Ministerio de Salud por ahora solo impactará de lleno en menos de la mitad del país.
De las 24 jurisdicciones, solo 11 adhirieron a la nueva reglamentación de la Ley Nacional de Receta Electrónica que el Gobierno modificó a mediados del año pasado. Son Catamarca, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Misiones, Salta, San Juan, Tierra del Fuego, Tucumán.
En tanto, otras cuatro (la provincia y la ciudad de Buenos Aires, más Chubut y La Rioja) tienen su propias normativas de receta electrónica, y dos, Río Negro y Santa Fe, tienen proyectos de ley en marcha.
Por más que en las jurisdicciones restantes, la receta electrónica se use en alguna medida, una de las dudas que surge es cómo se implementarán estos cambios, que en principio no prometen mucha homogeneidad en el territorio nacional.
Algo de esto se puso sobre la mesa en la reunión celebrada este lunes en el marco del Consejo Federal de Salud (COFESA), instancia de reunión clave entre quien lleva la cartera nacional, Mario Lugones, y los ministros de Salud provinciales, si bien faltaron los de Formosa y Corrientes; Tierra del Fuego se conectó en forma virtual y por CABA estuvo el subsecretario Gabriel Battistella, en lugar de Fernán Quirós.
Pero para hablar de receta electrónica, quien tomó la palabra hacia el mediodía fue Susana Azurmendi, designada en septiembre como subsecretaria de Vigilancia Epidemiológica, Información y Estadísticas de Salud.
¿Cuál fue la reacción de las provincias con respecto a la obligatoriedad que rige desde el 1 de enero? Algunos ministros manifestaron un punto que ya venían objetándole a Nación, y es atender a las rugosidades del país: esas que generan que en algunas zonas sea imprescindible dar continuidad a la convivencia entre el nuevo y el viejo sistema de dispensa de remedios.
Según ese argumento, el formato "mixto" -como le llaman- sería no solo útil sino indispensable en algunas zonas. Las rurales, en particular, pero también aquellas algo alejadas de los centros urbanos.
Consultados por esas reacciones, desde el entorno de Lugones opinaron que, "por más que Ministerio de Salud como órgano rector indique no realizar prórrogas (es decir, pasarse de una vez por todas al formato electrónico), las jurisdicciones, en este punto, realizan las políticas que consideran acorde a sus territorios".
Una pregunta lógica es si podría haber cortocircuitos, pensando en los afiliados y sus movimientos interprovinciales de las vacaciones de verano, justamente cuando arrancará la obligatoriedad de la receta electrónica.
Por ejemplo, que una persona se vea en la obligación de presentar una orden médica manuscrita de un remedio que precisa y cuyo médico (por la razón que fuese) difirió la fecha de dispensa, en una jurisdicción distinta de la suya que ya no acepta ese tipo de formato.
También podría ocurrir lo opuesto: personas de vacaciones que con la receta electrónica confeccionada por su médico de cabecera a la distancia se encuentran en una jurisdicción que no tiene aceitado el mecanismo.
Desde el Ministerio de Salud remarcan que el tema no es tanto la jurisdicción sino la farmacia (hablando siempre de afiliados con alguna cobertura social). Confiados de lo que vendrá, enfatizan que uno de los puntos fuertes de la medida es que, por las características de las plataformas inscriptas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS), así como de los reservorios adonde van a ir a parar esas órdenes, ya no pesará si la farmacia tiene o no convenio con el prestador que le da cobertura de salud al paciente.
Otra etapa, cuando tras la pandemia todavía se permitía presentar fotos de las recetas. Foto: Fernando de la OrdenOtra etapa, cuando tras la pandemia todavía se permitía presentar fotos de las recetas. Foto: Fernando de la Orden
Según se pudo averiguar, hasta el momento se anotaron en el ReNaPDiS 173 plataformas, de las cuales 136 pasaron el filtro que impone el sistema y 81 ya fueron aprobadas. En tanto, 55 están en trámite de adecuación para cumplir con los requisitos establecidos.
Sin embargo, esto de los "repositorios" y las "plataformas", son conceptos algo crípticos. Desde el Ministerio definen a los repositorios como "plataformas que validan las recetas electrónicas emitidas por los profesionales de salud y permiten que estén disponibles para su dispensa en farmacias", siguiendo, desde ya, protocolos específicos previamente establecidos.
Aseguran que son sistemas que "almacenan dichas recetas garantizando la privacidad, integridad y confidencialidad de la información de los usuarios", y suman que, "a través de su sitio web, el Ministerio de Salud permitirá que las plataformas de recetas electrónicas puedan acceder a los repositorios abiertos y a sus respectivas interfaces de programación de aplicaciones para integrarse al ecosistema de salud digital y vincularse con las farmacias".
Desde la Confederación Farmacéutica Argentina explicaron que "al día de hoy, no", y apuntaron que "ninguna resolución obliga a todos los actores a dar toda la información".
Traducido significa que las farmacias hoy por hoy no están en condiciones de ver todas las recetas, incluyendo aquellas que vienen de prestadores de salud con los que no tienen convenio.
En ese sentido, desde la COFA fueron claros: "Si el Gobierno está dispuesto a facilitar eso, bienvenido sea. Hace tiempo venimos pidiendo poder ver todas las recetas. Pero para que esto se lleve adelante tenemos que ser convocados a discutir el tema y analizarlo juntos. Los que sabemos cómo funciona somos nosotros". (Clarín)