La pandemia de COVID-19 aceleró el envejecimiento cerebral casi seis meses, incluso en personas no infectadas, sugiere un nuevo estudio británico.
Un estudio mostró que la pandemia aceleró el envejecimiento cerebral en un promedio de 5,5 meses. Los cambios fueron más notorios en personas mayores, hombres y en quienes provenían de entornos socioeconómicos más desfavorecidos.
Un estudio mostró que la pandemia aceleró el envejecimiento cerebral en un promedio de 5,5 meses. Los cambios fueron más notorios en personas mayores, hombres y en quienes provenían de entornos socioeconómicos más desfavorecidos.Imagen: Christoph Hardt/Geisler-Fotopress/picture alliance
Ahora un nuevo estudio de la Universidad de Nottingham, publicado en Nature Communications, sugiere que los cerebros de las personas envejecieron más rápido durante la pandemia de COVID-19, incluso en quienes no se infectaron con el virus. El trabajo, realizado con casi mil participantes (996), indica que el envejecimiento cerebral fue más pronunciado en hombres y personas de entornos socioeconómicos desfavorecidos.
Aunque ya existían evidencias de que COVID-19 podía afectar la salud cerebral, esta investigación se centró en el impacto del contexto pandémico en sí, como el aislamiento, la incertidumbre y el estrés generalizado. Para ello, se utilizó inteligencia artificial entrenada con datos del Biobanco del Reino Unido de 15.334 personas sanas para medir la diferencia entre la edad cerebral predicha de un individuo y su edad real, conocida como brecha de edad cerebral.
El equipo analizó resonancias cerebrales tomadas antes y después de la pandemia en 996 personas. Compararon dos grupos: el grupo de control, cuyos escáneres se hicieron antes de la pandemia (564 personas), y otro con escáneres previos y posteriores (432 personas).
En promedio, los cerebros del grupo "pandemia" mostraron un envejecimiento acelerado de 5,5 meses respecto al grupo control.
Este envejecimiento ocurrió incluso en personas no infectadas, aunque fue más marcado en quienes sí contrajeron SARS-CoV-2, especialmente con la edad. De esta forma, los investigadores destacan el papel del aislamiento y la soledad como posibles factores contribuyentes a este fenómeno.
El estrés, el aislamiento y la incertidumbre durante la pandemia de COVID-19 podrían haber dejado huella en la salud del cerebro.El estrés, el aislamiento y la incertidumbre durante la pandemia de COVID-19 podrían haber dejado huella en la salud del cerebro.
El estrés, el aislamiento y la incertidumbre durante la pandemia de COVID-19 podrían haber dejado huella en la salud del cerebro.Imagen: Sebastian Gollnow/dpa/picture alliance
A Ali-Reza Mohammadi-Nejad, director del estudio, lo que más le sorprendió fue que incluso las personas que no habían tenido COVID mostraron un "aumento significativo" en las tasas de envejecimiento cerebral.
"Esto demuestra realmente hasta qué punto la experiencia de la pandemia en sí, desde el aislamiento hasta la incertidumbre, puede haber afectado a la salud de nuestro cerebro", resume en un comunicado de la Universidad de Nottingham.
El estudio también midió el rendimiento cognitivo mediante diez pruebas. Encontró que solo entre los infectados se detectó una disminución notable en funciones como la flexibilidad mental y la velocidad de procesamiento, asociada al envejecimiento cerebral acelerado.