Sociedad Por Gustavo Capone

Un viaje por la diversión y aquellos inolvidables boliches de Mendoza

Gustavo Capone nos relata hoy la forma en que la gente se divertía en Mendoza desde los albores del siglo XX hasta el auge de los boliches de las décadas del 70 y del 80. Un viaje hacia aquellos locales nocturnos que resultaron inolvidables.

Viernes, 9 de Setiembre de 2022

Ha llegado el mes de setiembre; un tiempo que nos brindará innumerable cantidad de celebraciones que distinguen a la nueva estación primaveral y a ese reverdecer de la naturaleza y la juventud.

Mendoza nunca estuvo ajena a esas festividades que cubrían de color y bullicio estudiantil las calles céntricas, llenas de carrozas alegóricas que representado a sus instituciones inundaban de creatividad y simpatía el ambiente. También los negocios comerciales engalanaban sus vidrieras mostrando el simbólico cambio de estación, mientras que en los clubes sociales barriales o en lugares bailables específicos se multiplicaba el espíritu festivo.

Mientras la alta sociedad tenía sus celebraciones en casonas o quintas o en los clubes como Gimnasia y Esgrima, Jockey Club, Regatas, El Circulo, Club Inglés, Club Alemán, Club de Armas, Tiro Nacional, los sectores populares se manifestaban en las calles, plazas o espacios públicos. Ya sea en la Plaza Independencia inaugurada en 1883 o en el Parque del Oeste (Parque General San Martín) inaugurado en 1897 o en “las playas serranas” (1937).

Un corso que resultó una bisagra en los festejos populares fue el del carnaval de 1901. Se estableció un “corsodromo” iluminado por la Compañía de Gas que dispuso faroles a lo largo de unas cuadras de calle San Martín. Distintas comparsas representando a clubes, asociaciones o colegios desfilaron por tres días: “El Orfeón mendocino”, “La estrella del Norte”, “La eslava”, “El Orfeón español”, se destacaron entre el resto.

La inscripción por día para cada comparsa era de $5 y en caso de participar los 3 días del evento $11. Mientras que en las gradas instaladas por solo unos centavos se podía ver el espectáculo. Obviamente también había una VIP frente al Jockey (hoy Subsecretaria de Turismo). El desfile empezaba siendo encabezado por la Banda de Música y Guerra de Policía de Mendoza (hoy Banda “Cabo I Gustavo Ramet”, cuyo nacimiento se remonta a los primeros años del Siglo XIX que tuvo en su momento como director a Cayetano Silva, creador de la Marcha de San Lorenzo).

La primera farándula estudiantil fue el 21 de septiembre de 1917. Fue organizada por la Federación de Estudiantes. Se presentaron más de 40 carros. La concentración se hizo en la Plaza Independencia y recorrió las principales arterias de Mendoza. En Mendoza se vivían tiempos políticos muy álgidos con huelgas, persecuciones y muertes. En la Ciudad capital se había intervenido la intendencia tras el triunfo socialista. Mientras que para gobernador habría una lucha de titanes: Civit vs. Lencinas.

Décadas después, llegó el auge de las boites y, más tarde, el de los boliches. A mediados de la década del 50 comenzaron a surgir este tipo de espacios para la diversión nocturna, hasta llegar al auge de la década del 70, del 80 y del 90 con locales inolvidables como D4U en la calle Arístides, los clásicos de Chacras de Coria como Let´s Go!, Al Diablo, Aloha, Sketch, Runner y el fundacional Scandall. Los boliches del centro, como Saudades y Factory y otro clásico como Omero. Speedy González Y Nonguén, en el este mendocino o el Viejo Chalet, del Valle de Uco. En definitiva, les propongo otro viaje al pasado y a sus usos y costumbres que formaron parte de la forma en que se divertían los mendocinos.