La exbailarina habló sobre la sentencia, la fractura familiar y su decisión de apelar el fallo.
Marina Jiménez, reconocida directora del Ballet Salta, habló tras la condena que recibió. A los 73 años, la artista fue sentenciada a 10 años de prisión por abuso sexual contra su nieto, aunque la sentencia todavía no está firme y la exbailarina anunció que apelará el fallo.
En diálogo con la prensa salteña, Jiménez sostuvo que el juicio fue "demasiado rápido", que no se presentaron pruebas en su contra y que la situación dividió a su familia. "Toda mi vida la dediqué a los niños y jóvenes", aseguró.
La directora del Ballet Salta repasó su extensa trayectoria y remarcó que siempre mantuvo una conducta intachable. "Hace 53 años que tengo una escuela. He tratado con chicos jóvenes, adolescentes y he viajado por el mundo con ellos. Jamás tuve un problema", afirmó en diálogo con El Tribuno de Salta.
Jiménez relató que su familia se vio envuelta en conflictos desde que su hijo mayor se casó con una exalumna, a quien describió como una persona "competitiva" y con la que nunca logró una buena relación. "El problema nace desde ahí, con ese odio. Nacieron los nietos, crecieron con ese odio, pero yo los recibí de la mejor manera posible, como abuela", explicó.
Según la artista, durante el juicio surgieron contradicciones en los testimonios sobre las visitas de su nieto a su casa. "Mi nieto dice que iba siempre, y mi nuera en la declaración dice que no los dejaba ir casi nunca. Hubo muchas falencias en la parte del juicio", señaló.
Jiménez detalló que su nieto vivió en Buenos Aires, pero que en 2022 se mudó a Salta para ingresar al Ballet de la Provincia. "Lo banqué medio año sin cobrar, le pagué el gimnasio y las clases. Cuando empezó a cobrar, le pedí que colaborara en la casa", recordó.
El vínculo se quebró a fines de ese año, tras una fuerte discusión por la desaparición de dinero en la casa. "Se fue, se despidió, y después me enteré de la denuncia", contó.
La directora del Ballet Salta insistió en que no se presentaron pruebas en su contra durante el proceso judicial. "No hubo ningún testimonio, solo que mi hijo le creyó y todos repetían lo mismo. Nadie vio nada. Los testimonios fueron la madre, el padre, la hermana, César y el psicólogo", enumeró.
Jiménez también cuestionó la rapidez del juicio, que se realizó en Comodoro Py, y duró apenas un día. "Fue rapidísimo. Yo deseaba que termine ese día, honestamente, porque lo único que faltó declarar era mi psicóloga", relató.
La sentencia de 10 años todavía no está firme y Jiménez confirmó que apelará el fallo. "No es efectiva todavía. Pero me duele que mi nuera mandó a todos los medios. Es tanto el odio que tiene esta mujer que envenenó a los nietos, envenenó a mi hijo y perdí a mi hijo, que es lo que más me duele", lamentó.
La artista aseguró que atraviesa un momento de profunda tristeza y desconcierto. "Para mí esto es muy feo lo que me está tocando vivir", expresó.
Mientras la causa sigue su curso y la apelación avanza, Marina Jiménez permanece en libertad, a la espera de una resolución definitiva sobre su futuro.
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La decisión fue de la Cámara Federal porteña, que resolvió un conflicto de competencia planteado por el propio magistrado y derivó el caso al fuero penal económico