Aunque el frío no causa esta patología, sí favorece su contagio. Los antibióticos no siempre son la solución y algunas recetas caseras pueden empeorar los síntomas.
La faringitis es una inflamación de la faringe causada mayormente por virus, aunque en algunos casos también puede deberse a bacterias. Es una de las consultas más comunes en los meses fríos y afecta a personas de todas las edades. Sus síntomas incluyen dolor de garganta, fiebre leve, dificultad para tragar, congestión nasal, tos seca y ganglios inflamados en el cuello.
Leé también: dolor de garganta. Salaverry aclara que esto es un mito peligroso: "Los antibióticos solo son útiles en infecciones bacterianas, no virales. Automedicarse puede empeorar los síntomas, favorecer la resistencia bacteriana y generar efectos secundarios innecesarios".
En cambio, para aliviar las molestias, recomienda:
La mayoría de las faringitis virales duran entre tres y cinco días y se resuelven sin complicaciones. En caso de síntomas persistentes o fiebre alta, es importante consultar al médico para descartar una infección bacteriana, como la causada por estreptococos.
La prevención es clave, sobre todo en ambientes cerrados, escolares, laborales o con alta circulación de personas. Algunas medidas simples pueden reducir significativamente el riesgo de contagio:
Además, es importante ventilar los ambientes cerrados, incluso en invierno, para reducir la carga viral en el aire. En caso de síntomas respiratorios leves, se recomienda quedarse en casa para no exponer a otros, sobre todo en espacios colectivos.
Fuente: TN