Desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023, Argentina ha estado lidiando con una crisis económica de larga data. El gobierno ha implementado medidas para mejorar la situación de los jubilados, incrementando la jubilación mínima de $87.459,76 en noviembre de 2023 a $273.086,50 en febrero de 2025, sin incluir bonos adicionales. Este aumento del 212,2% supera la inflación acumulada del 185,1% en el mismo período, según datos del INDEC. En términos de dólares, la jubilación mínima pasó de aproximadamente U$S103 a U$S227, reflejando un incremento del 120%.
A pesar de estos avances, ayer miércoles se llevó a cabo una manifestación frente al Congreso en apoyo a los jubilados, que terminó en graves disturbios. Lo preocupante es que esta protesta no fue espontánea ni pacífica, sino orquestada desde las sombras por La Cámpora y el kirchnerismo, que usaron a los jubilados como excusa para provocar caos en las calles. Los mismos sectores que dejaron el país fundido ahora se presentan como defensores de los jubilados, cuando en realidad lo único que buscan es debilitar al gobierno de Milei.
Las imágenes lo dicen todo: barrabravas de distintos clubes, muchos con antecedentes violentos, encabezaban la marcha. Se enfrentaron con la policía, incendiaron contenedores y hasta atacaron patrulleros. El saldo: más de 120 detenidos y al menos 45 heridos. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, denunció que estos grupos estaban "preparados para matar" y que portaban armas blancas y de fuego. No era una protesta legítima, era un acto de terrorismo callejero financiado por quienes han perdido el poder y ahora buscan recuperar protagonismo por la fuerza.
La participación de estos grupos no es casualidad. La Cámpora, al ver que ya no tiene convocatoria genuina, recurre a sus métodos de siempre: la violencia, la mentira y la manipulación. Cristina Fernández de Kirchner, desde su cuenta de redes sociales, viene fogoneando el descontento, como si no tuviera nada que ver con la debacle económica que dejó tras su paso por el poder. En lugar de dar explicaciones por las múltiples causas de corrupción que enfrenta, se dedica a intentar desestabilizar a un gobierno elegido democráticamente.
Es fundamental que la sociedad argentina no caiga en la trampa. Nadie niega que las jubilaciones son bajas y que hace falta seguir mejorándolas, pero la realidad es que el gobierno ha hecho más en pocos meses que el kirchnerismo en años. La protesta legítima es un derecho, pero lo que vimos frente al Congreso no fue una manifestación genuina, sino un acto de violencia planeado.
Milei llegó al poder con el apoyo de millones de argentinos que quieren salir del pozo en el que nos dejaron. No sorprende que los responsables de esa crisis intenten hacer lo imposible por volver. Lo que sí sorprende es que, después de tantos años de destrucción, todavía haya quienes les crean.