Entre paisajes mendocinos y una agenda de lujo, el equipo de Atenas 2004 revivió su espíritu en una semana de risas y aventuras. Enterate de lo que hicieron.
La leyenda del básquet argentino, Emanuel Ginóbili, y sus compañeros de la Generación Dorada viajaron a Mendoza para una reunión tan íntima como emotiva. "Qué semana increíble! Hermosa experiencia en Mendoza compartiendo charlas, comidas y gran vino", expresó Ginóbili, reviviendo el espíritu de camaradería que los llevó a la histórica medalla de oro en Atenas 2004.
El viaje, en el que también participaron Juan Ignacio Sánchez, Emanuel Ginóbili, Alejandro Montecchia, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Gabriel Fernández, Hugo Sconochini, Luis Scola, Leonardo Gutiérrez, Carlos Delfino, Andrés Nocioni y Rubén Wolkowyski, fue más que una escapada. Mendoza se convirtió en el lugar ideal para que los 12 integrantes de la Generación Dorada, quienes no se habían reunido todos juntos desde su hazaña olímpica, volvieran a conectar con su historia compartida. Hospedados en el hotel boutique La María, en Chacras de Coria, la agenda incluyó visitas a bodegas, paseos en bicicleta, un torneo de pádel en Maipú y una jornada de rafting en el Río Mendoza.
Alejandro Vigil, enólogo mendocino, destacó la humildad de Ginóbili, quien compartió una imagen agradeciendo la calidez de su anfitrión. Entre degustaciones y anécdotas de antaño, Andrés Nocioni, "Chapu" para sus compañeros, expresó en redes: "Tremenda semana en Mendoza", y no dudó en elogiar a Vigil y a Laura Catena, anfitriona de varias catas privadas.
Pese a la algarabía y el disfrute, la Generación Dorada optó por mantener un perfil bajo, buscando vivir estos días sin demasiada exposición. Los jugadores pidieron mantener las fotos en privado hasta el final del viaje, valorando tanto la privacidad como el cariño de los mendocinos que los recibieron con los brazos abiertos. "Gracias Mendoza por tanto afecto!", compartió Ginóbili en sus stories de Instagram.
Sin embargo, eso no fue todo. Las aguas del Río Mendoza le dieron ese toque de adrenalina al viaje. Los exjugadores bajaron por los rápidos en una actividad de rafting, reviviendo ese trabajo en equipo que los caracterizó en la cancha. El encuentro se convirtió rápidamente en una reafirmación de los valores que los unieron hace 20 años: esfuerzo, camaradería y un respeto profundo entre ellos.
La Generación Dorada sigue siendo un símbolo de excelencia en el deporte argentino, y su paso por Mendoza quedará no solo en su memoria, sino también en el corazón de todos los mendocinos que los acogieron con tanta admiración. Como bien lo describió Ginóbili en sus redes: "Estoy gratamente sorprendido por la manera en la que fuimos recibidos. Por la calidez y las muy lindas muestras de aprecio y respeto. Muy agradecidos. ¡Salud!"