La figura del Gobierno ahora es Patricia Bullrich y la intención es que la vice no participe más de las negociaciones. Solo tendrá un rol institucional.
La última sesión en la Cámara de Senadores, que aprobó el primer presupuesto de la gestión de Javier Milei, dejó en evidencia el rol deslucido de Victoria Villarruel. La tarea de la vicepresidenta se centró en cumplir un rol institucional, alejada de las negociaciones que llevaba la Casa Rosada.
Luego de las elecciones de octubre y la asunción de los nuevos senadores -20 de La Libertad Avanza- la Cámara Alta se reconfiguró. No solo para el kirchnerismo, que no logró frenar la aprobación del Presupuesto, sino también para la vicepresidenta. "La ahora responsable es Patricia Bullrich. Villarruel fue dejada de lado hace rato", graficaron en el oficialismo.
El viernes, Villarruel se ocupó de abrir y cerrar la última sesión del año, controlar la formación del quorum, dar la palabra y dejar para el seguimiento de los debates al presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala. Pero, a la hora de juntar votos, dialogar con la oposición y lograr que los gobernadores apoyen las medidas oficialistas, ella quedó fuera de escena.
En su lugar, aparecieron Patricia Bullrich, jefa del bloque de LLA en el Senado; Diego Santilli, ministro del Interior; Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. Los tres se sacaron una foto al terminar su tarea, con el Presupuesto 2026 aprobado. "La Argentina tiene Presupuesto 2026. Lo aprobamos en su totalidad con equilibrio fiscal, orden y crecimiento", escribió Bullrich en sus redes sociales.
Lo mismo hizo Santilli, que compartió la foto de ellos tres y escribió: "Por primera vez, la Argentina aprobó un Presupuesto con equilibrio fiscal y aumentos de partidas por encima de la inflación en áreas prioritarias. Un paso fundamental para seguir avanzando en las transformaciones que lidera el presidente Javier Milei. Quiero subrayar la responsabilidad y el coraje de los diputados, senadores y gobernadores que entendieron que el país cambió. Ya no va más el despilfarro ni la mentira del Estado presente que solo generó pobreza e informalidad".
En este contexto, la intención de la Casa Rosada es mantener a Villarruel alejada. No solo a la hora de hacer política, sino también fuera de las reuniones y hasta de los asados que el Presidente realiza con su Gabinete en la Quinta de Olivos.
Es decir, ahora toda la actividad política del Senado no pasará por su despacho o salones. Ahora el Ejecutivo, y sus integrantes, visitan con cotidianidad la oficina de Bullrich, que ya trabaja para lograr la sanción de la reforma laboral en febrero.