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El regreso al crédito internacional empieza ahora: el plan Caputo en marcha

El Gobierno decidió adelantarse y enviar una señal clara: la Argentina está dispuesta a recuperar la normalidad financiera paso a paso y sin dilaciones.

Lunes, 8 de Diciembre de 2025

El ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a mover el tablero financiero con una jugada que tomó por sorpresa incluso a los analistas más atentos. En un contexto en el que el mercado imaginaba un regreso a la emisión de deuda en dólares recién cuando el riesgo país estuviera bastante más abajo, el Gobierno decidió adelantarse y enviar una señal clara: la Argentina está dispuesta a recuperar la normalidad financiera paso a paso y sin dilaciones.

La colocación anunciada es acotada, de corto plazo y bajo legislación local, pero su importancia no reside en el tamaño, sino en el mensaje que transmite. Para la administración de Milei, este es el primer gesto de un camino que busca restablecer la confianza en la economía argentina y abrir la puerta a futuras emisiones en Nueva York, con montos mayores y plazos más largos, que permitirán reordenar los vencimientos en moneda dura sin tocar las reservas.

En el equipo económico interpretan la operación como un testeo: medir el apetito real de los inversores por deuda argentina en dólares y, a partir de ese pulso, avanzar con colocaciones de mayor alcance. El Gobierno conocerá el veredicto del mercado la próxima semana, cuando cierre la licitación cuyo objetivo sería captar más de u$s 1.000 millones. Según adelantó Caputo, esos fondos se usarán para cubrir parte de los pagos de Bonares previstos para enero, una decisión que refuerza la idea de responsabilidad fiscal y previsibilidad en la gestión de deuda.

La expectativa es buena. Los operadores siguen de cerca el precio de salida del instrumento y la tasa interna de retorno, dos variables que reflejarán cuánta confianza generó el giro económico iniciado en diciembre pasado. Para varias consultoras, el movimiento apunta a "medir la temperatura" sin comprometerse de antemano con un monto rígido. Esa flexibilidad, interpretan, mejora la lectura del mercado y permite que el Gobierno pueda mostrar un resultado sólido, incluso sin un pedido de fondos excesivo.

Analistas privados coinciden en el sentido estratégico de la maniobra: si el interés es alto y la tasa acompaña, se abrirá una ventana para retomar el financiamiento externo en mejores condiciones. Con ello, el Gobierno aspira a reducir la presión sobre el riesgo país, ordenar los vencimientos y proyectar una estructura financiera más sana hacia 2030, momento en el que se espera que el ingreso de divisas por agro, minería y energía alcance niveles históricos.

También hay un objetivo adicional: ofrecer una alternativa atractiva para inversores que quedaron con dólares inmovilizados tras los controles de capital previos al cambio de gobierno. Para algunos fondos, esta emisión puede convertirse en una salida ordenada o en una oportunidad de arbitraje, al tiempo que el Ministerio de Economía evalúa alternativas futuras, como una eventual operación de financiamiento tipo "repo" con bancos internacionales.

Las estimaciones de tasas varían según el consultor, pero varias firmas sostienen que el Gobierno buscaría colocar el bono con un rendimiento por debajo del 9%, un nivel que serviría para marcar referencia de cara a una emisión internacional. Aunque los inversores globales suelen privilegiar instrumentos bajo ley extranjera, el oficialismo optó por avanzar ahora con legislación local para acelerar los tiempos y evitar demoras burocráticas. El mensaje, explican expertos, es más importante que el vehículo: mostrar capacidad de rollear vencimientos, despejar dudas y mantener en calma la discusión sobre reservas y pagos próximos.

Mientras el Congreso discute reformas estructurales, la jugada de Caputo apunta a consolidar un clima financiero más estable y reforzar la narrativa central del Gobierno: la Argentina puede volver a integrarse al mundo, siempre y cuando sostenga el rumbo, la disciplina y la coherencia económica. Este primer paso, aunque pequeño en volumen, empieza a abrir esa puerta.