La titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, se sumó este lunes al respaldo del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien en la previa al viaje de Javier Milei a Nueva York aseguró que "todas las opciones de estabilización están sobre la mesa" para apoyar a la Argentina.

"Acogemos con satisfacción la declaración de apoyo de Scott Bessent a Argentina. Esto subraya el papel crucial de los socios en la promoción de políticas sólidas de estabilización y crecimiento en beneficio del pueblo argentino", escribió Georgieva en sus redes sociales.

Por la mañana, Bessent había señalado que "Argentina es un aliado sistémicamente importante de Estados Unidos en América Latina, y el Tesoro está dispuesto a hacer lo que sea necesario dentro de su mandato para apoyar al país". Entre las alternativas mencionó líneas de swap, compras directas de divisas y adquisiciones de deuda pública en dólares estadounidenses a través del Fondo de Estabilización Cambiaria.

"El país volverá a ser grande. Las oportunidades para la inversión privada siguen siendo amplias", añadió el funcionario norteamericano, en lo que fue interpretado como un gesto de confianza hacia el plan económico libertario.

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El Gobierno comunicó que habrá retenciones cero a los granos hasta fin de octubre y recibió un espaldarazo por parte de la Casa Blanca.

El ministro de Economía, Luis Caputo, replicó las declaraciones de Bessent y agradeció en redes sociales: "Gracias Secretario Scott Bessent, por su invaluable apoyo y compromiso para ayudarnos a hacer que Argentina vuelva a ser grande!".

En la misma línea, el presidente Javier Milei destacó: "Enorme agradecimiento a Scott Bessent y al presidente Donald Trump por el apoyo incondicional al pueblo argentino, que hace dos años eligió dar vuelta un siglo de decadencia con mucho esfuerzo. Los que defendemos las ideas de la libertad debemos trabajar juntos para el bienestar de nuestros pueblos".

El anuncio generó alivio en los mercados y moderó, al menos momentáneamente, la presión sobre el tipo de cambio, que en la última semana había escalado con fuerza en medio de la fragilidad del esquema de bandas cambiarias y las tensiones políticas tras las derrotas legislativas del oficialismo.