La noticia no nació en un despacho oficial ni en la redacción de un diario, sino en la vorágine de las redes sociales. Pasado el mediodía, la cuenta @indignadoxd en X (ex Twitter) lanzó un mensaje que se propagó como pólvora: "BOMBAZO TOTAL!!! Se filtró el vínculo secreto entre Spagnuolo y Massa que desarma la operación kirchnerista".

El posteo, acompañado por videos y réplicas en TikTok, Instagram y Threads, rápidamente atrajo miles de reacciones. Los comentarios oscilaron entre la sorpresa, la indignación y la incredulidad. Para muchos usuarios, se trataba de la confirmación de un rumor largamente insinuado; para otros, apenas una nueva pieza dentro del tablero de operaciones políticas que suele agitar la agenda digital.

El periodista Román Pagni fue señalado como el primero en haber deslizado esta supuesta conexión, aunque no hubo declaraciones directas ni pruebas que la sostuvieran. De hecho, ninguna fuente oficial salió a confirmar ni a desmentir la versión. El silencio institucional contrastó con el ruido ensordecedor de las redes.

La escena se completó con consignas como "desarmemos la opereta kuka", que circularon entre usuarios militantes y cuentas anónimas. El eco digital fue tan fuerte que el tema traspasó las fronteras de la provincia y empezó a colarse en conversaciones políticas a nivel nacional.

Lo cierto es que, hasta el momento, no existe evidencia comprobable que respalde el presunto "vínculo secreto" entre la familia Spagnuolo y Sergio Massa. Lo que sí queda claro es que las redes sociales se han convertido en un escenario donde las narrativas políticas -ciertas o no- encuentran un espacio inmediato para instalarse y multiplicarse.

La historia, por ahora, no está en los hechos confirmados, sino en la velocidad con la que un mensaje puede transformarse en tema de conversación pública.