Con el cierre del plazo para inscribir alianzas a la vuelta de la esquina, las tensiones internas se profundizan. Grabois mantiene la amenaza de ruptura y pone en jaque la estrategia nacional de Fuerza Patria.
En las últimas horas antes del cierre para la inscripción de alianzas de cara a las elecciones del 26 de octubre, el peronismo redobla esfuerzos para alcanzar una unidad amplia y competitiva. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires se logró una confluencia importante, las negociaciones continúan abiertas en la provincia de Buenos Aires y el interior del país.
En la búsqueda de cohesión, este jueves se dio una señal fuerte: Axel Kicillof, Verónica Magario, Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli compartieron un acto en el municipio de Presidente Perón, acompañados por el líder de la CGT Carlos Acuña, en un gesto de respaldo sindical al gobernador bonaerense en plena interna.
Sin embargo, el escenario está lejos de ser estable. La amenaza de ruptura por parte de Juan Grabois mantiene en vilo a Fuerza Patria, el frente electoral que ya fue registrado en CABA y que busca replicarse a nivel nacional.
En la Ciudad de Buenos Aires, el peronismo logró consolidar la alianza Fuerza Patria, con la incorporación de Guillermo Moreno y Juan Manuel Abal Medina, dos figuras que habían quedado fuera del armado anterior. El frente ya fue inscripto formalmente y se proyecta que podría obtener un senador y tres diputados nacionales.
El nombre de Mariano Recalde suena con fuerza para encabezar la lista al Senado, mientras que persisten las negociaciones por los primeros lugares a la Cámara Baja. La exclusión de Patria Grande, espacio que lidera Grabois, reconfigura el escenario y reposiciona a Matías Lammens como figura clave.
Uno de los nudos de tensión fue el intento de integrar a Ofelia Fernández en los primeros lugares de la lista, lo cual fue resistido incluso dentro de su propio espacio. Con su exclusión, las conversaciones con Patria Grande se empantaron.
En la provincia de Buenos Aires, la relación entre Kicillof y Máximo Kirchner sigue siendo tirante, aunque ambos espacios entienden que el costo de una ruptura podría ser fatal. La foto conjunta de este jueves busca enviar una señal de contención, incluso hacia sectores camporistas críticos del gobernador.
Desde el massismo insisten: "La prioridad es la unidad del peronismo para frenar a Milei. No se debe privilegiar lo personal por sobre la unidad".
Pero esa unidad es la que Grabois mantiene bajo amenaza. Si bien Cristina Kirchner intercedió para que el dirigente social bajara el tono confrontativo, Grabois no ha cedido en su reclamo de encabezar la lista de diputados nacionales por Buenos Aires. Tampoco ha descartado competir por fuera si no se respeta su pretensión.
Una ruptura a último momento podría generar un estallido interno y forzar la baja de sus candidatos ya presentados para las elecciones de septiembre.
El reloj avanza y las próximas horas serán claves para confirmar si Grabois se mantiene dentro del armado de Fuerza Patria o lanza una candidatura por fuera. En un contexto de polarización y fragmentación opositora, el peronismo apuesta a la unidad como principal carta frente al avance del oficialismo libertario.