La exvicepresidenta encabeza un acto en Retiro desde el mediodía. Se esperan definiciones políticas sobre la unidad en el PJ.
Las elecciones del 18 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires dejaron más que resultados: marcaron una alerta clara para el peronismo. Divididos, pierden. Esa es la principal conclusión que se impone entre los distintos sectores del espacio, que ahora miran con preocupación hacia el próximo gran desafío electoral: la provincia de Buenos Aires, el 7 de septiembre.
En ese escenario reaparece este domingo Cristina Fernández de Kirchner, en un acto por el Día de la Patria que tendrá lugar en un centro cultural de Retiro. No se trata de una fecha cualquiera: el kirchnerismo conmemora 22 años de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, y su presencia pública toma especial relevancia en medio de una fuerte disputa interna con el gobernador Axel Kicillof por el liderazgo del movimiento.
Aunque aún no está confirmada su candidatura, la exvicepresidenta dejó entrever que podría competir en septiembre. Sin embargo, el vínculo con Kicillof atraviesa su peor momento, tras meses de tensión por el armado electoral, las diferencias en la estrategia legislativa y el fallido intento del gobernador por desdoblar los comicios, una idea a la que Cristina se opuso con firmeza.
En el entorno de la expresidenta aseguran que hay voluntad de recomponer el vínculo, pero que el primer gesto debe venir de Kicillof. Mientras tanto, su reciente encuentro con intendentes bonaerenses -algunos muy cercanos al gobernador- generó especulaciones sobre un movimiento interno para condicionar su liderazgo desde adentro.
La ex presidenta y el Gobernador tienen una relación cada vez más distante. Las negociaciones para lograr un acuerdo están estancadas. Desconfianza en ascenso
"No hay una negociación con Cristina Kirchner. Trabajamos y vamos a seguir trabajando por la unidad, pero lamentablemente hasta ahora no pudimos avanzar demasiado", reconoció el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, en declaraciones al programa A Dos Voces.
Desde su posición, Bianco buscó bajar el tono a los cortocircuitos. "No hay una pelea con Cristina. Hay diferencias en la táctica política, que con diálogo y entendimiento se pueden ordenar", afirmó. Y remarcó: "Nunca dijimos que queremos jubilar a Cristina. Es una referencia obligada para nosotros. Muchos fuimos parte de su militancia y de su gobierno. Somos orgullosamente kirchneristas".
La exmandataria prepara un discurso centrado en la crítica a la gestión de Javier Milei, en un doble intento: polarizar con el Gobierno nacional y, al mismo tiempo, tender un puente con Kicillof desde una narrativa común frente al avance libertario.
Sin embargo, el panorama interno del peronismo es complejo. Tras el revés electoral en la Ciudad y con las listas bonaerenses aún sin cerrar -el plazo vence el 19 de julio-, la unidad parece hoy más una consigna que una realidad concreta. Mientras tanto, el peronismo se debate entre su reconstrucción y la amenaza de una nueva fractura.