Politica Sin representatividad

Los dilemas que acorralan a Moyano: paritarias rezagadas, pérdida de poder sindical y tensiones internas

La influencia del líder camionero se ve cada vez más debilitada.

Viernes, 18 de Abril de 2025

Hugo Moyano, histórico líder del Sindicato de Camioneros, atraviesa uno de los momentos más complejos de su extensa trayectoria gremial. La pulseada por la reapertura de paritarias, la decadencia de su poder dentro del sindicalismo argentino y las tensiones dentro del propio sello familiar delinean un escenario cargado de desafíos para una figura que alguna vez fue central en la política nacional.

El último acuerdo salarial firmado por Camioneros -un aumento del 3,2% para el trimestre marzo-mayo- quedó rápidamente desfasado frente a una inflación que sigue erosionando el poder adquisitivo. Aún sin pedir formalmente la revisión del acuerdo, Moyano evalúa esa posibilidad, presionado por las bases y con la mira puesta en evitar una ruptura con el Gobierno, al que, por ahora, elige no enfrentar abiertamente.

En paralelo, la influencia del líder camionero se ve cada vez más debilitada. La conducción de la CGT, donde alguna vez jugó un rol determinante, hoy le resulta ajena, y no hay dentro de su entorno inmediato una figura capaz de retomar ese protagonismo. Ni siquiera el ascenso de sus hijos -con Pablo alejado de la escena sindical y volcado al club Camioneros, y Facundo transitando su propio recorrido en el Sindicato de Peajes- logra llenar ese vacío de liderazgo.

A esto se suma la crítica situación financiera de la obra social del gremio, que vive bajo la amenaza constante de una auditoría estatal, aunque fuentes sindicales deslizan que esa ofensiva estaría siendo contenida por un aliado dentro de la propia CGT con buen diálogo con el oficialismo.

El reciente conflicto con Corredores Viales, en el que el Gobierno despidió a 117 trabajadores tras una protesta impulsada por el Sindicato de Peajes -conducido por Florencia Cañabate y con Facundo Moyano como secretario adjunto-, fue interpretado por algunos sectores del moyanismo como una señal política directa. ¿Fue un mensaje al patriarca sindical por haber mantenido una actitud ambigua frente al paro general de la CGT, pese a haber respetado la pauta salarial oficial?

Desde la Secretaría de Trabajo se monitorean los pasos de Moyano con atención. Los empresarios, por su parte, piden esperar a la cláusula de revisión prevista para junio antes de discutir nuevos aumentos. Mientras tanto, la presión interna crece: las bases reclaman mejoras urgentes ante salarios que ya acumulan una pérdida del 26% frente a la inflación desde 2018, según un informe de la consultora Analytica.

La fragilidad de Moyano no es solo económica o institucional. El avance de sectores disidentes dentro del propio universo camionero -como la federación alternativa que impulsa Sergio Aladio en Santa Fe- y la aparición de nuevos sindicatos jerárquicos, como APJERR, liderado por Jorge Silva, también exponen el retroceso de su hegemonía.

En el plano judicial, la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo le propinó otro revés el mes pasado al validar el convenio firmado entre Mercado Libre y el Sindicato de Carga y Descarga, que dejó sin efecto los intentos de Moyano por encuadrar a los trabajadores de logística bajo su gremio.

Mientras tanto, la relación con el gobierno de Javier Milei transita una ambivalencia estratégica: en privado, Moyano cuestiona duramente las políticas oficiales, pero delega las críticas públicas en su representante en la CGT, Octavio Argüello. El líder sindical aún parece debatirse entre la negociación y la confrontación abierta.

Ya no está en sus manos la "patria camionera" que forjó durante el kirchnerismo. En una nueva era para el sindicalismo, Hugo Moyano enfrenta dilemas inéditos, sin aliados claros, sin sucesores definidos y con un poder que, aunque aún pesa, ya no impone el temor de otros tiempos.

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