Politica Las consecuencias

Casa Rosada se alinea con Trump y podría abandonar la OMS y el Acuerdo de París

El presidente de EE.UU. decidió retirar a su país de la Organización Mundial de la Salud. Milei podría imitarlo. Controversia por el plan One health

Miercoles, 22 de Enero de 2025

El Gobierno analiza abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Acuerdo de París para acompañar la política de los Estados Unidos. El Ejecutivo asegura que está revisando la participación de la Argentina en todos los organismos internacionales tras la asunción de Donald Trump.

La mesa chica de la Casa Rosada estudia las implicancias jurídicas que conllevaría salir de las entidades. El análisis incluye también a la Organización Mundial del Comercio (OMC), a las Naciones Unidas y al Mercosur en caso de que sea un freno para firmar un tratado de libre comercio con el mandatario estadounidense.

En Balcarce 50 sostienen que "todavía no hay una decisión tomada" sobre la ruptura con las organizaciones internacionales, pero mantienen la postura de que "la intención es acompañar el rumbo político que indique los Estados Unidos".

Acaso Donald Trumpo actuó con un poco de resquemor por la pálida actuación del organismo de salud, que depende de las Naciones Unidas, durante la pandemia de Covid-19 y la influencia política que tuvo sobre el electorado estadounidense durante su primer mandato que lo llevó a una derrota en 2020 cuando buscaba su reelección.

Sin embargo, hay más consideraciones en juego que la antipatía de los burócratas de la OMS por Donald Trump.Y, si se observan los argumentos del presidente Javier Milei contra la OMS, se podría concluir que la decisión del presidente republicano fue adoptada por razones más profundas que lo llevaron a atacar a la organización de una manera concluyente, retirando a su poderosa nación del organismo multilateral, que intentó, hasta hace muy poco, en convertirse en la única y monopólica oficina que dirija la salud mundial desde la cual podría extender su influencia al resto de las áreas productivas de la población.

Antes que Trump asumiera nuevamente el poder en los EE.UU., Javier Milei decidió no firmar un polémico acuerdo de control de la salud mundial denominado Tratado sobre Pandemias. Donald Trump, fue más lejos. Decidió retirar, por segunda vez en cinco años, a su país de la organización vaciándola de recursos y apoyos políticos, convirtiendo a la OMS en un refugio de burócratas que poco tienen para decir tras los errores, omisiones, e intentos de control de la sociedad que emanaron desde sus oficinas. 

Mientras algunos científicos se horrorizan con la decisión de Donald Trump afirmando que, "se revertirán los avances logrados a nivel mundial contra el VIH SIDA, tuberculosis, malaria y crecerán las amenazas de nuevos brotes de virus que podrían desencadenar nuevas pandemias" los que apoyan la decisión del presidente republicano no son pocos, pero tienen poca prensa y siempre fueron tratados como simpatizantes de teorías conspirativas.

Javier Milei junto al canciller, Gerardo Werthein, y el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio.

Sin embargo, hubo numerosos científicos que firmaron documentos públicos que cuestionaron la escasa disposición de la OMS para rastrear el origen del virus que produjo el Covid-19; las advertencias por deficiencias de varias de las vacunas que se utilizaron para luchar contra el virus, poniendo en blanco sobre negro, que en varios casos como aquellas que se basan en las novedosas técnicas de ARN mensajero o adenovirus, se trataron de un ensayo general impuesto a la población mundial ante la necesidad de subir las defensas en los organismos sin tener control sobre todas las variables o consecuencias en los organismos que podrían traer en el futuro, y, por último pero no menos importante, la insólita tolerancia de la OMS para recomendar cuarentenas que terminaron con la vida, los medios de vida, los negocios, la libertad y afectaron la salud mental de millones de personas en todo el mundo.  

La declaración de Great Barrington firmada por más de 10.000 científicos en 2020 es un testimonio de lo expuesto anteriormente. Más de 10.000 científicos, entre ellos representantes de Oxford, Stanford y Harvard, se hartaron de las recomendaciones de cuarentenas estrictas de la OMS y expresaron que los encierros tienen efectos adversos en la salud física y mental. En plena cuarentena de la que Argentina tuvo uno de las más extensas del mundo con un pobre resultado en materia de salvar vidas, se proponía ir contra los mandatos de la OMS y se pedía reducir los daños a la salud producto del encierro poniendo fin a las restricciones obligatorias en la mayoría de las actividades para la mayoría de las personas. ?

Los autores señalaban que, en lugar de proteger a todos, la atención debería centrarse en proteger a los que corren mayor riesgo, con pocas restricciones obligatorias para el resto de la población.

Con respecto a las dudas y peligrosidad acerca de las vacunas anti-Covid-19, este autor dialogó en 2021 con el virologo Pablo Goldsmith, científico argentino de referencia mundial, que se convirtió en uno de los pocos que mostró ciertos reparos sobre las vacunas desarrolladas con nuevas técnicas y la rapidez con que se inoculó a la mayoría de la población mundial.

Goldsmith concluía en plena crisis sanitaria por el Covid-19, en el año 2021, que "las investigaciones llevan tiempo, de esta pandemia hace poco más de un año que comenzó y ya queremos resolver todo los temas pero tenemos que ser conscientes que estamos inmersos en una humanidad que es parte de un ensayo clínico y no en parte de una humanidad a la que se le está administrando un producto conocido. Estamos estudiándolos entre todos los que se han vacunado".

En la actualidad, En varios países de Europa cortaron por lo sano y retiraron la vacuna de AstraZeneca con la que se inocularon más de 22 millones de personas en la Argentina y, muchas de ellas, sufrieron trombosis en distintas partes de sus cuerpos como efecto adverso de la prescripción.

La salud mundial como una excusa para gobernar el mundo 

Acaso el punto que más ruido hizo para que Donald Trump retirara a los Estados Unidos de la OMS por segunda vez, fue el proyecto elaborado por el equipo del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus, denominado "One health" (una salud) para todo el mundo y el Tratado firmado por varias naciones sobre pandemias que incluye un plan de respuesta que, a juicio del gobierno argentino, avasalla la soberanía nacional.  

El secretario de Estado, Manuel Adorni, había expresado al rechazar el polémico tratado que "No tenemos que adherirnos a ninguna sugerencia de un grupo de países. Tomaremos nuestras propias decisiones ante un evento que puede no darse nunca, como la existencia de una pandemia".

El borrador de los técnicos de la OMS, presentado a las Naciones Unidas, era mucho más ambicioso aún en el control que esperaba obtener el organismo sobre los ciudadanos del mundo. Un "gran hermano" que, desde la salud, controlaría varios aspectos de la vida de las personas. 

Se amplió la definición de pandemias y emergencia sanitaria para incluir daños potenciales que, al decir del vocero Adorni, "quizá no sucedan nunca". Y se extendió la definición de salud a productos o procesos que pudieran afectar o mejorar la calidad de vida. O sea, todos los aspectos productivos de la humanidad. Todos los sectores deberían pasar por un filtro de la OMS para poder presentar sus productos en el mercado. 

Además, se propuso que todos los estados signatarios deberían participar en ejercicios de simulación cada dos años» para prepararse y garantizar que todas las autoridades sanitarias permanezcan completamente informadas y alineadas sobre la línea aceptable a seguir. De esta manera la OMS se asegura que ningún país saque los pies del plato como le pasó con Suecia en 2020.  

El acuerdo también extiende el poder del director general para declarar emergencias de forma independiente.  

Ahora bien, la figura del director gerente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus no es precisamente la de un garante solvente e infalible.  

La periodista y analista política Karina Mariani recordaba desde sus artículos que " cuando tomo estado público que al menos 21 empleados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), violaron a mujeres y niñas mientras eran parte de la delegación de ayuda durante el brote de ébola sufrido por la República Democrática del Congo entre 2018 y 2020 y las víctimas sufrieron violaciones y a posteriori extorsiones y amenazas para abortar dado que las violaciones se llevaban a cabo sin anticonceptivos, por imposición de los empleados de ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus, (ex miembro de una organización terrorista marxista y famoso por su complicidad con China en el encubrimiento sobre el origen y la expansión del covid) se declaró responsable de los "fallos en el sistema" y aseguró que se tomarán acciones para "volver a tener la confianza de la gente a la que servimos". También dijo que se tomarán medidas para prohibir que los agresores puedan volver a trabajar en la OMS y otras agencias ligadas a Naciones Unidas. Esto sería, para Tedros, suficiente; y de más está decir que sigue como si nada sentado en su sillón", hasta el día de hoy. ­ 

Uno de los escándalos más increíbles que se puedan recordar que pone en acto la popular frase de Guillermo Francella en su papel de encargado de edificios "...siempre desconfía de las personas que trabajan de ser buenas, son las peores"