Policiales Y los preventores?

Agresiones, peleas y robos: así son las densas noches en la Avenida Arístides Villanueva

Después del ataque a una moza del bar Maldito Perro el lunes en la noche, los dueños de los bares y restoranes salieron a reclamar a las autoridades del municipio capitalino que disponga de controles y presencia de los funcionarios de seguridad

Jueves, 16 de Marzo de 2023

Lo sucedido el lunes en la noche en un bar de calle Arístides Villanueva en donde una joven moza fue atacada por tres clientes ebrios que le partieron un vaso en la cabeza, agresión que derivó en 20 puntos de sutura, no es un hecho aislado. Esa arteria, una de las más emblemáticas de la noche mendocina, es también la más violenta e insegura, desde hace bastante tiempo.

Lo cierto es que noche a noche se suceden peleas, robos, asaltos y la situación se pone cada vez peor, sin ninguna respuesta ni de la municipalidad de Ciudad ni de la policía.

Ocurre que existe una tremenda inacción de las decenas de preventores que pasean por calle Arístides Villanueva, que paradógicamente no previenen nada y apenas si hacen alguna multa por autos mal estacionados.

Los dueños de la gran cantidad de restoranes y bares de esa arteria se quejan desde hace varios meses y las autoridades municipales directamente ignoran esas alertas.

"Todas las noches tenemos problemas. Pibes borrachos rompiendo lo que se les cruza en el camino, peleas en cada esquina y obvio, muchos punguistas llevándose teléfonos o cuanta pertenencia de los clientes es descuidada. La cosa está escalando en cuanto a peligrosidad y del gobierno de Ulpiano Suárez no hacen nada. Solo nos exigen que tengamos los impuestos al día y las demás cosas en regla", se quejó el dueño de uno de los bares de cerveza de la primera cuadra al norte de Belgrano.

El mismo hombre explicó que "este es el momento límite. No queremos que pase un caso como el del pibe Báez Sosa (el chico asesinado por los rugbiers en Pinamar) pero toda apunta a que va a explotar en cualquier momento, porque los preventores que en teoría deberían caminar por las veredas y controlar, están charlando sin hacer nada y cuando los llamamos porque hay una discusión o un robo, ni aparecen o llegan media hora después. Son unos desprolijos e incompetentes", reseñó molesto.

El tema de la seguridad volvió a ganar protagonismo el lunes pasado en la noche, cuando tres sujetos ébrios atacaron a la moza del bar Maldito Perro, la hostigaron, acosaron y terminaron golpeando con un vaso de vidrio en la cabeza, ataque que derivó en una herida que demandó 20 puntos de sutura.


Luego de la agresión, los atacantes de la joven, de 21 años, intentaron darse a la fuga, pero en ese instante, otros clientes que advirtieron la situación, enfrentaron a los individuos y los redujeron a golpes hasta el arribo de los policías, 20 minutos después.

Los comerciantes señalaron también que hay otros temas, además de la ausencia de preventores en la zona, lo que, según explican, obligó a contratar seguridad privada para prevenir robos, hurtos y desmanes, incrementando los costos. Además, existe una marcada falta de limpieza y consecuente plagas de roedores; los malos tratos y prepotencia de los inspectores municipales, como también la falta de controles en la habilitación de nuevos locales. Aseguran que ha crecido la cantidad de quioscos con mesas sobre la vereda, pero que no cuentan con requisitos, como baños, y no se les realiza control bromatológico.

También manifestaron que otro tema que la Municipalidad debería resolver es el de la música en el interior de los locales. Según la normativa vigente no debe superar los 65 decibeles. Los dueños lo califican de ridículo por equivaler a una conversación en voz baja. Explican que la ordenanza que establece ese límite es de 1990, por lo que se encuentra desfasada, e informan que- según la Organización Mundial de Salud, hasta 80 decibeles se considera saludable. “A ese volumen adentro del local se escucharía lo que habla un mozo con el cajero; no tiene sentido”, se quejó otro de los dueños de los negocios.

Los mismos comerciantes mostraron, para fundamentar sus afirmaciones, al menos cinco videos de cámaras de seguridad que ellos mismos instalaron, en donde se ven a grupos de ladrones atacando a las personas que caminan por la calle, a quienes les roban sus pertenencias y otros jóvenes que se pelen borrachos.

En ninguna de las filmaciones se ven actuar a los preventores y siempre quienes solucionan las cosas son los mismos clientes o el personal de seguridad que los restoranes han contratado para tratar de que no hayan problemas.