Policiales Investigación

Allanaron la Villa 1-11-14 en busca de los celulares de las víctimas del triple femicidio de Florencio Varela

Los operativos son organizados en coordinación entre la Policía de la Ciudad y la Bonaerense. La mayoría se desarrolla en locales de venta de teléfonos.

Miercoles, 8 de Octubre de 2025
(200999)

La Justicia llevó adelante este miércoles una serie de allanamientos de urgencia en la Villa 1-11-14, en el Bajo Flores, para buscar los teléfonos celulares de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15), las tres jóvenes asesinadas en La Matanza en el marco del triple crimen que conmociona al país.

Los operativos, ordenados por el fiscal de la causa, involucran 15 locales de venta de celulares y otros 3 domicilios particulares. Según informaron fuentes judiciales, los agentes revisan teléfono por teléfono en los negocios, intentando identificar si alguno coincide con las características de los aparatos pertenecientes a las víctimas.

Las diligencias comenzaron al mediodía del miércoles con la participación de efectivos de la Policía de la Ciudad y la supervisión de la Bonaerense. Hasta el momento, no trascendieron resultados oficiales de los procedimientos.

En paralelo, Celeste González Guerrero, una de las detenidas en la causa, declaró ante el fiscal y ofreció detalles escalofriantes sobre cómo se habrían producido los crímenes. La mujer, de 28 años, afirmó que Matías Ozorio -también detenido- fue quien "hizo el pozo donde enterraron los cuerpos", y aseguró que "a Julio alguien le pagó un millón de dólares por lo que hicieron".

Según su testimonio, el motivo del crimen habría sido el robo de 30 kilos de cocaína al narco apodado "El Duro", a quien señaló como superior jerárquico dentro de la organización.

"Dos de las chicas fueron. Sé que una era Brenda, pero la otra no sé quién fue. Creo que la de 15 años (por Lara) no tenía nada que ver. 'El Duro' estaba por encima de 'Julio', era el que daba las órdenes", relató González ante el fiscal.

La imputada describió que el 19 de septiembre, las tres jóvenes llegaron en una camioneta blanca junto a tres hombres armados a su domicilio, donde las engañaron con la excusa de una fiesta.

"Las chicas bajaron sonrientes, se las veía como engañadas. Pensaban que iban a una fiesta", señaló.

González agregó que esa noche estaba vendiendo droga y que al regresar a su casa, horas después, su pareja Miguel Villanueva Silva le confesó los asesinatos.

"Me dijo que una de las chicas quiso escapar. Entonces agarró un destornillador y se lo clavó en el cuello. Como seguía viva, fue a buscar un fierro y se lo aplastó en la cara", declaró.

Sobre la muerte de Lara Gutiérrez, la más joven de las víctimas, González contó que "la obligaron a mantener relaciones sexuales bajo amenaza de muerte" y que uno de los agresores le aseguró que "igual iba a morir".

"Me dijo que la asfixió y que le puso la pierna en el estómago para matarla más rápido", afirmó.

La mujer también detalló que la secuencia de los asesinatos fue grabada en una videollamada con individuos apodados "Papa" y "Lima", lo que refuerza la hipótesis de una transmisión en vivo del crimen como mensaje mafioso.

Finalmente, González relató que los asesinos bromeaban sobre el perro "Pantera", que según ellos se había comido una falange de una de las víctimas.

Con estas nuevas declaraciones y los operativos en curso, los investigadores intentan reconstruir la trama completa del triple homicidio, que ya cuenta con seis detenidos y fuertes vínculos con una red narco transnacional liderada por Tony "Pequeño J" Valverde Victoriano, capturado en Perú días atrás.

Los fiscales consideran que los asesinatos fueron ordenados como represalia por el robo de droga y transmitidos en directo como una advertencia dentro del circuito narco.