El episodio ocurrió en pleno centro de Luján de Cuyo, cuando un efectivo policial identificó al hombre que días atrás lo había asaltado. El encuentro terminó en un tiroteo, una persecución y un vuelco. El sospechoso está internado en grave estado y el agente fue aprehendido.
La mañana del lunes en Luján de Cuyo se vio sacudida por una escena de violencia que comenzó con un reconocimiento y terminó con un disparo en la cabeza, un auto volcado y una investigación judicial en marcha.
Todo ocurrió en la intersección de Azcuénaga y Libertad, frente al parque Ferri, cuando un policía de civil -que se encontraba en un minimarket- identificó al conductor de un Chevrolet Prisma gris como el presunto autor del robo de su arma reglamentaria y pertenencias personales, ocurrido el viernes anterior.
Según el relato del propio efectivo, al intentar detener al sospechoso, este habría intentado atropellarlo. En ese momento, el policía extrajo su nueva arma reglamentaria y disparó. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza del conductor, quien perdió el control del vehículo, chocó contra un auto estacionado y volcó.
El hombre herido, de 37 años y con antecedentes penales, fue asistido por el Servicio de Emergencias Coordinado y trasladado al Hospital Central, donde permanece internado en estado crítico. El disparo habría ingresado por la zona occipital sin orificio de salida.
Mientras tanto, el policía -de unos 40 años y perteneciente a la Unidad Especial de Patrullaje- fue aprehendido por orden del fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello, quien deberá determinar si el accionar del agente se enmarca en la legítima defensa o si hubo exceso en el uso de la fuerza.
La escena fue intervenida por personal de Policía Científica y la División Homicidios, que recolectaron pruebas balísticas y peritaron los vehículos involucrados. Aunque el efectivo aseguró que había un segundo ocupante en el auto, testigos no lograron confirmar esa versión.
El caso abre interrogantes sobre los límites del accionar policial fuera de servicio y la respuesta institucional ante situaciones de violencia urbana. Mientras tanto, Luján intenta recuperar la calma tras un episodio que dejó más preguntas que certezas.