Brisa, de 10 años, y Carolina, de 13, fueron embestidas por un colectivo en la ruta 28 cuando regresaban a su casa. Vecinos reclaman mayor seguridad vial en la zona, donde transitan cientos de niños a diario.
El silencio de El Algarrobal se tiñó de tragedia este miércoles: Brisa y Carolina, de 10 y 13 años, murieron al ser atropelladas por un colectivo de la línea 600 en la ruta provincial 28, a metros de la Escuela Luis Candelaria, a la que asistían.
Las niñas, inseparables, regresaban a su casa en el callejón Rivas, donde vivían con sus abuelos y seis hermanos, cuando fueron embestidas. "No entiendo por qué Dios nos arrancó a las dos. Eran mi compañía y hasta el último momento fueron inseparables", expresó entre lágrimas su abuela Beatriz, de 62 años.
El trayecto que recorrían cada día es considerado de alto riesgo: curvas y contracurvas, banquinas inexistentes y vehículos que circulan a alta velocidad pese a los carteles de 20 y 40 km/h. En la zona transitan a diario unos 500 niños de la primaria Luis Candelaria y 300 de la secundaria Algarrobal de Abajo, lo que acrecienta la preocupación por nuevas tragedias.
El padre de las niñas, Juan Armando, trabajador de hornos de ladrillo, recordó a sus hijas con nostalgia: "Brisa era muy alegre y traviesa; Carolina, más madura y señorita. Les gustaba andar de la mano, ir a los persas y comer salchipapas".
La comunidad decretó un día de duelo y vecinos acompañaron a la familia en medio del dolor. Las autoridades judiciales investigan el accidente bajo la carátula de homicidio culposo, con el chofer del colectivo imputado.