El detenido en el procedimiento quedó imputado de los delitos de producción, distribución y venta de drogas y por la tenencia ilegal de las armas, muchas de ellas de uso prohibido
Los detectives de la Policía Federal Argentina (PFA) que iban a participar del operativo estaban convencidos de que cuando irrumpieran en el departamento, en pleno centro de San Justo, en La Matanza, se iban a encontrar con un laboratorio o cocina de drogas sintéticas. Durante un año de investigación habían recabado pruebas suficientes. Lo que no sabían -y que les generó una sorpresa mayúscula- fue el arsenal que descubrieron en el inmueble: pistolas, escopetas, una ametralladora y hasta un fusil con mira telescópica y silenciador.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes de la Policía Federal Argentina (PFA). Se trató del desenlace de una investigación que comenzó hace un año, tras una denuncia anónima que llegó a la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Estupefacientes de La Matanza, a cargo del fiscal Fernando López.
La investigación estuvo a cargo de efectivos de la División Unidad Operativa Federal (DUOF) Morón de la Superintendencia de Agencias Federales de Investigación de la PFA.
"Durante la investigación se obtuvieron pruebas de que en un departamento de San Justo se elaboraba tusi [estupefaciente conocido también como cocaína rosa], entre otras drogas sintéticas, pero lo que se desconocía era la existencia de un arsenal y un verdadero polvorín de municiones", sostuvo a LA NACION un jefe policial que participó de la pesquisa.
Tusi, o cocaína rosa, fue una de las drogas halladas
Detrás del laboratorio narco estaba un ciudadano argentino de 40 años que quedó detenido.
"La tarde del viernes pasado, finalmente, los detectives de la PFA a cargo de la investigación filmaron y fotografiaron distintas transacciones a gran escala de sustancias y allanaron la vivienda del sospechoso, situada en un departamento del tercer piso de un edificio del centro de San Justo, sobre la calle Perú", informaron fuentes policiales.
En el momento en que irrumpieron los efectivos de la PFA, el sospechoso estaba en plena tarea de elaboración de droga sintética.
"En el allanamiento, ordenado por el juez de Garantías de La Matanza Fernando Pinos Guevara, se secuestraron 141 gramos de tusi, 400 gramos de ketamina, más de medio kilo de marihuana, 137 pastillas de éxtasis y tres balanzas de precisión", dijeron las fuentes consultadas.
Pero la sorpresa de los investigadores fue el arsenal descubierto: una ametralladora calibre .45, un fusil a cerrojo calibre .308 con mira telescópica y silenciador, carabinas, escopetas, siete pistolas, un pistolón y "un verdadero polvorín de municiones".
Primero, los oficiales de la PFA descubrieron una pistola marca Glock en la mesa de luz de la habitación del sospechoso, el resto de las armas y municiones estaban en los placares y en un armero.
"El sospechoso quedó imputado de los delitos de producción, distribución y venta de drogas y por la tenencia ilegal de las armas, muchas de ellas de uso prohibido", dijeron fuentes del caso.