La muerte de Faustino Díaz, el niño de 4 años que falleció ahogado en la pileta del Marista Rugby Club de Luján de Cuyo, no solo dejó una herida abierta en la comunidad mendocina, sino que desató una ola de indignación, dolor y fuertes cuestionamientos hacia las autoridades del club y la organización de la colonia de verano. A más de tres meses del trágico hecho, la causa judicial avanza y empiezan a esclarecerse responsabilidades.

El fatídico episodio ocurrió el miércoles 5 de febrero, cuando el pequeño participaba en la escuela de verano organizada por la empresa MOVE en las instalaciones del club. Según las primeras versiones, Faustino habría sufrido un golpe al sumergirse, lo que derivó en el ahogamiento. Sin embargo, el informe preliminar de la autopsia, realizado por el Cuerpo Médico Forense, descartó traumatismos y confirmó que la causa de muerte fue asfixia por inmersión. Aún se esperan estudios complementarios.

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Cuatro imputados, una inhibición y una investigación en marcha
Inicialmente, la investigación estuvo a cargo del fiscal Gustavo Pirrello, quien se apartó del caso por un conflicto de intereses: su hija era compañera de Faustino en el colegio San José, de los Hermanos Maristas. La causa quedó en manos de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien este martes imputó a cuatro personas: el encargado de la pileta y jefe de bañistas, una profesora de la colonia MOVE y dos auxiliares. A todos se los acusa de homicidio culposo, ya que habrían incumplido con sus funciones al momento del deceso del niño.

Además, Lazo solicitó informes sobre la habilitación municipal del Club Marista y de la empresa MOVE, a fin de establecer si ambas instituciones cumplían con las normas de seguridad exigidas para este tipo de actividades.

El rol del club, la comisión directiva y la figura del presidente Fernando Podestá
Aunque las imputaciones iniciales alcanzan al personal operativo de la colonia, crecen las voces que apuntan más alto. Padres de niños que asisten regularmente a la colonia estival expresaron su enojo por el mal estado general del predio y denunciaron falta de mantenimiento en áreas clave, especialmente en el natatorio.

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En este contexto, la responsabilidad institucional del Club Marista y de su comisión directiva, encabezada por el presidente Fernando Podestá, quedó bajo la lupa. Si bien el club emitió un escueto comunicado expresando "profundo pesar" y cerró sus puertas "por duelo", no ha brindado respuestas claras ni asumido responsabilidades públicas sobre los protocolos de seguridad, la fiscalización de las actividades tercerizadas ni el estado de sus instalaciones.

"No puede ser que el club permita que se use la pileta sin garantías básicas. Nuestros hijos estaban al cuidado de gente que claramente no estaba capacitada o no estaba supervisada como corresponde", declaró una madre, visiblemente molesta, en las puertas del club tras conocerse las imputaciones.

El reclamo de los padres: "No fue un accidente, fue negligencia"
Lo que comenzó como una dolorosa tragedia está virando hacia un reclamo más amplio por justicia y rendición de cuentas. Padres organizados exigen no solo que se avance con el proceso penal contra los responsables directos, sino que también se investigue a fondo el papel del club como entidad anfitriona y responsable solidario.

Algunos incluso solicitan que la Justicia evalúe una posible responsabilidad penal de la comisión directiva, por omisión de control o negligencia en la habilitación de los servicios tercerizados. Mientras tanto, la colonia de verano de MOVE fue cancelada "por respeto a la familia" de Faustino, aunque para muchos, el gesto resulta tardío.

La investigación sigue en curso y no se descartan nuevas imputaciones conforme avancen las pericias técnicas, los testimonios de los presentes y el análisis de los protocolos de seguridad del Club Marista. En Luján de Cuyo, el dolor por la muerte de Faustino no cede, y crece la exigencia de que esta tragedia no quede impune ni se repita jamás.