La versión de la licenciada en Historia, Luciana Teresita Bustos, fue que el profesor Marcelo Amarfil la atacó sexualmente y se autoagredió. Para Fiscalía, hubo sexo consentido y ella lo mató.
En los próximos días comenzará el juicio en la provincia de San Juan a la licenciada en Historia y exinvestigadora del Conicet, Luciana Teresita Bustos (34), acusada de haber dado muerte de 6 cuchillazos al profesor de Educación Física, Marcelo Amarfil (46) en una oscura calle de Las Chacritas, en 9 de Julio, sobre la 1 del 17 de enero de 2024.
Y uno de los puntos más complicados a dirimir por el tribunal que la enjuiciará por homicidio doblemente agravado (por el vínculo y la alevosía) será adherir o rechazar una prueba clave: la pericia psicológica sobre la personalidad de la imputada. La víctima del crimen Educación Física, Marcelo Amarfil (46)
Es una evidencia cargada de polémica, porque los cuatro expertos de la junta interdisciplinaria para esclarecer 15 puntos de pericia, llegaron a conclusiones diametralmente opuestas. Dos psicólogos aportados por el fiscal Francisco Pizarro y la ayudante fiscal Gemma Cabrera (UFI de Delitos Especiales), y el profesional que actuó en representación de la Parte Querellante, el defensor oficial Hugo Trigo y su ayudante Carlos Fleury, coincidieron en describirla como una 'psicópata y perversa'.
Por el contrario, la psicóloga que aportaron los defensores Néstor Olivera y Fabiana Salinas, descartó que presentara esos rasgos y la describió como víctima de un ataque sexual de alguien que no toleraba la homosexualidad de ella (estaba en pareja con una mujer), que tenía ideas suicidas porque esa noche atentó contra su propia vida hasta darse muerte, indicaron fuentes judiciales.
Los tres peritos aportados por los acusadores, fueron lapidarios sobre la personalidad de la licenciada: 'presenta rasgos predominantes de tipo perverso y psicopáticos', afirmaron.
Y detallaron: 'Perverso por su conflicto con la sexualidad y figuras parentales, donde a un nivel inconsciente, tiene una escasa comprensión de la diferencia de sexos, por lo que no logra definir su identidad sexual y tiene conflicto con ella (ambivalencia), como así también conflicto con la sexualidad masculina'.
Según los profesionales, su manera de defenderse de este conflicto es 'renegar o desmentir la realidad', lo que le acarrea dificultad para reconocer sus conflictos y la repercusión de sus acciones.
Y una de las consecuencias de proceder así, se manifesta en una dualidad: 'puede tener una fachada social diferente a como ella funciona internamente, es decir que los demás pueden percibirla como alguien 'normal', adaptada, empática y sin conflictos aparentes (.). Pero tiene otra parte del yo que mantiene oculta, la cual se pudo detectar a través de los tests, caracterizada por su narcisismo, egocentrismo, oposicionismo, actuaciones perversas en su sexualidad, montos de agresividad altos y mecanismos psicopáticos (posibilidad de manipulación, necesidad de poder y control. Y en su deseo de satisfacer sus propias metas e impulsos puede aprovecharse de los demás, incluso de quienes le son más cercanos)'.
'Por otro lado -concluyen esos psicólogos- manifestaría signos psicopáticos (.) por lo que su grado de ajuste y adaptación a las pautas normativas es bajo, ya que es ella quien ejerce 'la ley', es decir, reconoce los códigos y pautas normativas pero no las comparte y las burla (no simbolizarían un freno para su actuar, puede desafiar, transgredir y no sentir culpa genuina). Por momentos podría ser capaz de actuar y tender a la mentira defensiva', concluyeron.
La contracara de este desfavorable informe sobre la personalidad de la imputada, es la conclusión de la psicóloga de su Defensa, que la mostró como una víctima de una relación 'violenta y tóxica' con el docente asesinado, alguien con ideas suicidas con quien tenía un vínculo de amistad y al que pretendió ayudar en todo momento, incluso hasta llegar a sentirse culpable por las determinaciones que él tomó, como cuando la atacó sexualmente y buscó agredirla, situación que la llevó a defenderse, indicaron fuentes judiciales.
El supuesto vínculo de amistad alegado en ese informe, contrasta, sin embargo, con los múltiples mensajes entre la víctima y su presunta victimaria. En esos intercambios, ambos se tratan de 'corachonchito' o dicen amarse 'en cantidad', sin mencionar los proyectos financieros y de vida que se prometían.