Policiales Investigación

Se mató la pareja del exfutbolista Fernando Cáceres que cayó al vacío desde un séptimo piso

Raquel Candia y el exmarcador central de Boca y River, entre otros equipos, vivían hace 11 meses en un edificio de Ramos Mejía, en La Matanza

Martes, 3 de Diciembre de 2024

Raquel Candia, la pareja del exfutbolista Fernando Cáceres, murió este lunes al caer al vacío desde un séptimo piso y un fiscal especializado en homicidios de La Matanza investiga las circunstancias que rodean el fallecimiento de la mujer.

Así lo informaron a LA NACION fuentes policiales y judiciales. Candia, de 45 años, cayó desde el séptimo piso del edificio situado en Suipacha 360 de Ramos Mejía, en La Matanza, donde vivía con Cáceres desde hacía 11 meses, al patio de una casa vecina. Tras una llamada al número de emergencias 911, personal de la policía bonaerense llegó al lugar, ubicado en Necochea al 600, y encontró el cuerpo de Candia.

La investigación de la muerte de la pareja del exmarcardor central del seleccionado nacional, Boca Juniors, River Plate y Argentinos Juniors, entre otros equipos, quedó a cargo del fiscal Adrián Arribas, que conduce una Unidad Funcional de Instrucción (UFI) especializada en homicidios de La Matanza.

La causa, por el momento, se investiga como "averiguación de causales de muerte". El fiscal Arribas estuvo en la escena donde encontraron el cuerpo de Candia y en el edificio donde vive Cáceres, que se encontraba en el departamento cuando cayó al vacío.

"Hicimos un relevamiento en el departamento y sacamos toda la prueba que consideramos. Este martes a las 7 se realizará la autopsia y después del resultado se resolverá. Por el momento no se descarta ninguna hipótesis", dijo el fiscal Arribas en diálogo con el canal TN.


Fernando Cáceres tiene 55 años

Retirado del fútbol en 2006, la vida de Cáceres cambió rotundamente después del violento asalto que sufrió tres años más tarde, en el que recibió un disparo en la cabeza. El exfutbolista se salvó de milagro, pero perdió la movilidad de sus piernas y parte de sus funciones psicomotrices: quedó confinado a una silla de ruedas.

El 1 de noviembre de 2009, el exdefensor circulaba a bordo de su automóvil, un BMW negro, y al llegar al cruce de las calles Gaona y Falucho, en Ciudadela, fue interceptado por cuatro delincuentes armados que se movilizaban en dos Fiat Siena robados poco antes. En uno de esos vehículos llevaban secuestrado a un remisero y cuando Cáceres quiso dar marcha atrás para esquivar a los ladrones, uno de ellos disparó a través del parabrisas y le dio en la cabeza.

Su imagen recorrió el mundo y recibió tributos en distintos estadios, en España y en la Argentina, como símbolo de lucha ante la adversidad, pero también como botón de muestra de la diaria inseguridad que sacude desde hace décadas al país. Cáceres siempre aparecía acompañado por su familia.

"Pregunté mucho cómo fue mi llegada al hospital. Leí varias veces la historia clínica y agradezco a Dios estar hablando. Hicieron de mí un experimento impresionante -resalta con ironía-. Tocaron todo. Tocaron hasta lo que no podían tocar y estoy bárbaro. Ver lo que realizaron es una locura. Una locura linda que me salvó", dijo en una entrevista con LA NACION en 2015.

La rápida intervención del neurocirujano de guardia le salvó la vida al realizarle una descompresión craneal en la que se le retiró una parte de hueso para que el cerebro se expandiera y así disminuir la presión interna, que podía provocarle la muerte. "Rocé la muerte, pero no me quejo. La vida es así. Me tocó a mí y puedo contarlo. Todo esto me cambió el humor. Antes era bastante difícil de carácter. Toda la bronca que pude haber sentido [por lo que me sucedió] se disipó. Al principio, me quejaba. Ahora ya no. ¿Qué sentido tiene?", agregó en aquella oportunidad.