El éxito de la película "La Sociedad de la Nieve", dirigida por Juan Antonio Bayona, puso de nuevo en escena la histórica tragedia de Los Andes protagonizada por los rugbiers uruguayos.
Durante la entrevista con MNews Radio, Carlos Páez, uno de los sobrevivientes y protagonistas reales de la tragedia de los Andes, compartió detalles íntimos sobre su experiencia y reflexiones sobre la película que revive esos momentos cruciales.
En el reciente estreno en la plataforma Netflix de la película "La Sociedad de la Nieve", dirigida por Juan Antonio Bayona, la crónica de los sobrevivientes del Milagro de los Andes ha vuelto a capturar la atención del público global. La película ha revelado una perspectiva única de los eventos ocurridos en 1972, cuando un avión se estrelló en la cordillera, dejando a los sobrevivientes luchando por sus vidas en condiciones extremas.
La conversación comenzó destacando el papel de Carlos (hijo) interpretando a su propio padre, Carlos Páez Vilaró. Por su parte, Páez expresó su gratitud hacia Juan Antonio Bayona, por su habilidad como director para plasmar la emotividad y la complejidad de la historia. Reveló que el proceso de interpretar a su padre en una escena particularmente emotiva fue un desafío, pero subrayó la importancia de la película como un medio para dar voz a los muertos y a los vivos.
Sobre la relación entre los sobrevivientes y las familias de aquellos que no lograron regresar, Páez compartió que, aunque no hubo una grieta, es natural que existan diferencias debido a las experiencias vividas. Páez destacó: "Cada familia ha vivido su propio proceso de duelo, pero la película ha sido un puente para unirnos en la aceptación y el respeto mutuo; se le da voz a Numa, que no volvió".
Acerca de la relevancia de la historia a lo largo de los años, Páez destacó que, con más de 51 años desde el accidente, la historia nunca ha dejado de ser contada. Subrayó la importancia de la película como un medio para compartir la historia con generaciones más jóvenes y agradeció al director Bayona por su dedicación al proyecto.
En la entrevista también se exploró la conexión única que Páez tenía con su madre durante los días en la cordillera, señalando la historia de mirar la luna como un vínculo emocional crucial. Páez compartió que al llegar a Montevideo, su madre confirmó que había salido a mirar la luna sabiendo que él también lo hacía: "Estaba obsesionado porque sabía que era lo que mi madre podía estar mirando".
Además, se recorrieron momentos icónicos de la experiencia, como el regalo de los cinturones de seguridad que Páez se llevó del fuselaje para ponerlos en el automóvil de su madre. Este detalle, aunque aparentemente trivial, destaca la importancia de las pequeñas cosas en medio de una tragedia: “Los traje porque era muy caro conseguir autos con cinturones de seguridad en ese momento, precisaba dos, pero me traje tres”.
Al abordar el tema del trabajo en equipo, se recordó cómo Páez confeccionó una bolsa de dormir para Canessa y Parrado, resaltando la necesidad de la colaboración para sobrevivir. Páez compartió que este acto fue uno de los logros más significativos de su vida. Sostuvo: “Si el accidente hubiera sido con un avión de línea, donde cada uno va por su lado para poder salvarse, no hubiéramos sobrevivido. Fijate que al final caminamos para el lado chileno siendo más largo el camino, pero con pasión, con ilusión, con actitud y juntos, de eso se trata la vida. Así salimos de los Andes”.
Carlos Paez con Bayona y alguno de los sobrevivientes en el festival de Venecia
Carlos Páez dejó claro que la lucha en los Andes no era por fama o reconocimiento, sino por algo más profundo. Con contundencia, afirmó: "No peleábamos por Hollywood, por salir al aire en una radio de Mendoza hoy, peleábamos por la familia, volver a casa". Esta cita resume la verdadera esencia de su batalla en la cordillera, destacando que el anhelo de reunirse con la familia era el motor que los impulsaba.
La entrevista concluyó con Páez describiendo el momento más feliz de su vida: escuchar el sonido de las hélices del helicóptero que llegaba para rescatarlos. También compartió las conmovedoras cartas de su padre, destacando el ingenio y la esperanza que emanaba de ellas.
A medida que la película continúa resonando en la audiencia global, la entrevista con Carlos Páez agrega una capa más de profundidad a la historia del Milagro de los Andes, destacando la humanidad, la unidad y la resiliencia que han mantenido viva esta historia durante décadas. La película y la entrevista son testamentos de la extraordinaria capacidad humana para encontrar esperanza en medio de la desesperación.