La Legislatura provincial dio luz verde definitiva al proyecto San Jorge, habilitando el inicio de una etapa que promete reconfigurar el mapa productivo mendocino. El debate reflejó tensiones políticas y sociales, pero también marcó un consenso sobre la necesidad de diversificar la economía.
La sesión legislativa que aprobó el proyecto minero San Jorge quedará registrada como un punto de inflexión en la historia reciente de Mendoza. Tras años de discusiones, postergaciones y resistencias, la Cámara de Diputados otorgó la sanción definitiva que habilita la explotación de cobre en el departamento de Las Heras.
El resultado de la votación fue seguido con atención tanto por referentes políticos como por sectores empresariales y organizaciones sociales. La minería, un tema que divide aguas en la provincia, volvió a ocupar el centro de la escena con argumentos que oscilaron entre la defensa del desarrollo económico y las advertencias sobre el impacto ambiental.
.jpg)
El ministro coordinador decidió los nombres que lo acompañarán en la gestión. El hombre clave que presentó a la cúpula de la Casa Rosada y que será fundamental para coordinar las reformas libertarias
Los defensores del proyecto remarcaron que San Jorge representa una oportunidad para diversificar la matriz productiva, generar empleo de calidad y atraer inversiones en un contexto de crisis. "Mendoza no puede seguir dándole la espalda a la minería moderna y controlada", señalaron legisladores oficialistas, quienes destacaron los mecanismos de fiscalización ambiental incorporados en la normativa.
Por su parte, los opositores insistieron en que la provincia debe priorizar la protección de sus recursos hídricos y sostuvieron que la licencia social aún no está garantizada. Sin embargo, la mayoría parlamentaria inclinó la balanza hacia la aprobación, marcando el inicio de lo que muchos consideran una "nueva era minera" para Mendoza.
El proyecto San Jorge, ubicado en Uspallata, prevé la extracción de cobre con estándares internacionales de seguridad y sustentabilidad. Según estimaciones oficiales, podría convertirse en uno de los motores económicos más relevantes de la provincia en los próximos años, junto con la vitivinicultura y el turismo.
La sanción definitiva no solo habilita la puesta en marcha del emprendimiento, sino que también abre un debate más amplio: ¿cómo se integrará la minería al modelo de desarrollo mendocino sin perder de vista la identidad agrícola y vitivinícola que caracteriza a la región?
Lo cierto es que, con esta decisión, la Legislatura provincial envía un mensaje claro: Mendoza está dispuesta a explorar nuevos horizontes productivos, aunque el desafío será lograr que el crecimiento económico vaya de la mano con la sustentabilidad y el consenso social.