Tras más de cuatro décadas en cautiverio, Kenya llegó al Santuario de Elefantes de Brasil, donde podrá vivir en un entorno natural junto a otros de su especie. Su traslado marca el fin de una era en Argentina y el inicio de una etapa de libertad y bienestar animal.
Después de recorrer más de 3.600 kilómetros en un viaje que demandó cinco días y siete años de planificación, Kenya, la última elefanta en cautiverio del Ecoparque de Mendoza, ya se encuentra en su nuevo hogar: el Santuario de Elefantes de Brasil, ubicado en el estado de Mato Grosso.
Con 44 años, Kenya deja atrás décadas de encierro en recintos de cemento para comenzar una vida rodeada de vegetación, barro, lagos y otros elefantes. Su llegada al santuario no solo representa un cambio radical en su bienestar, sino también un hito histórico para Argentina: ya no quedan elefantes en cautiverio en el país.
Pese a no contar con los beneficios otorgados por el Poder Legislativo, el Presidente avanza en una nueva mega reforma estatal. Las 3 empresas en la mira
El operativo fue liderado por un equipo especializado que incluyó al fundador del santuario, Scott Blais, la veterinaria Trish London y su cuidador mendocino, Marcos Flores. Durante el viaje, Kenya fue monitoreada constantemente y asistida con frutas, agua y estímulos positivos para garantizar su tranquilidad.
El Santuario de Elefantes de Brasil, único en Sudamérica, ofrece recintos de hasta 400 hectáreas donde los animales pueden moverse libremente, recibir atención veterinaria permanente y alimentarse con dietas especiales. Kenya ya comenzó a explorar el terreno, jugar en la tierra y mostrar signos de adaptación a su nuevo entorno.
Para Mendoza, el traslado de Kenya cierra un ciclo de 136 años de elefantes en cautiverio. "Un mundo de posibilidades se le abre: va a poder estar con otros de su especie, oler pasto húmedo y moverse con libertad", expresó emocionado Ignacio Haudet, director del Ecoparque.
La historia de Kenya es también la historia de un cambio de paradigma: del encierro a la rehabilitación, del espectáculo al respeto por la vida silvestre. Y aunque su viaje terminó, su nueva vida apenas comienza.