El programa facilita la formación en oficios para quienes se encuentran en contextos de encierro, promoviendo su futuro laboral. La entrega incluyó prendas adaptadas a las necesidades operativas del personal de campo. Este modelo de producción combina impacto social, económico y ecológico.
“Es muy importante, en realidad, para la sociedad en general, en el sentido de que el sistema penitenciario es clave para el sistema de seguridad. Esto permite llegar a cumplir las expectativas de resocialización de las personas privadas de la libertad, con el fin de evitar la reincidencia y no afectar al sistema de seguridad en sí”, destacó Mercedes Rus.
La partida incluye indumentaria de campo, tanto para el personal de la Bioplanta Santa Rosa, confeccionada con materiales sustentables, en línea con el compromiso del Iscamen con el cuidado del medio ambiente. La iniciativa tiene como objetivo que las personas privadas de libertad trabajen intramuros y adquieran habilidades técnicas mediante formación y talleres productivos, buscando reducir el tiempo ocioso en los contextos de encierro y colaborando con las expectativas de reinserción social.