Mundo 970 millones de electores

Empieza la mayor elección del mundo: en la India, eligen el primer ministro

Unas 970 millones de personas están llamadas a las urnas a partir de este viernes, mientras la oposición y organizaciones internacionales denuncian la regresión democrática del gobierno nacionalista hindú

Viernes, 19 de Abril de 2024

En estas elecciones indias hay poco lugar para la sorpresa. Tanto los sondeos como los analistas auguran un tercer mandato para el poderoso primer ministro Narendra Modi, quien, después de 10 años en el cargo, todavía ostenta una popularidad superior al 70%. Su envolvente carisma, impecable oratoria y su proyecto nacionalista hindú funcionan como un imán para una masa crítica de los más de 960 millones de indios -de un total de 1400 millones- llamados a las urnas a partir de este viernes, en unos comicios que se extenderán por más de un mes -hasta el 1° de junio- debido a la complejidad logística que supone su incomparable magnitud.

Se espera que su espacio, el Partido Popular Indio (BJP), obtenga sin problemas la mayoría necesaria para formar gobierno y darle otros cinco años al premier, cuya figura opaca por completo a los otros candidatos, incluido el principal líder opositor, Rahul Gandhi, del Congreso Nacional Indio, una fuerza que alguna vez supo dominar la política del país y que ahora encabeza la alianza INDIA. El grupo fue creado para hacer frente a Modi en estas elecciones, que más allá de su marcha imparable también enfrenta desafíos económicos y sociales, y fuertes críticas de sus detractores por la regresión democrática en su gestión.

"Modi es un líder único en una generación", dice a LA NACION Milan Vaishnav, director del Sur de Asia para el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, que destaca "su increíble capacidad para dirigirse a las grandes audiencias" así como su "profundo entendimiento del sentir del pueblo".

Nacido en una familia de una casta inferior, Modi, de 73 años, pasó su juventud viajando por el interior del país como un organizador comunitario hindú. Dormía en las casas de residentes locales y nutría su comprensión de sus frustraciones y aspiraciones colectivas.

En esa experiencia se inspiró para construir un proyecto para la India basado en el bienestar, que durante sus dos mandatos potenció con una firme apuesta por la tecnología, uno de sus principales caballitos de batalla. El desarrollo de una impresionante infraestructura pública digital permitió al gobierno de Modi optimizar el gigantesco esquema de seguridad social, con más de 300 programas que van desde garrafas de gas de 10 dólares hasta casas de 2000, para que sea más accesible y transparente.

La transferencia directa de subvenciones a los votantes en sus celulares permitió minimizar la discreción en la selección de beneficiarios y debilitar el clientelismo local. Así se redujo considerablemente -en aproximadamente 75%- la enorme fuga de subsidios que durante la gestión anterior alcanzó los 4900 millones de dólares debido a una planificación y ejecución deficientes.

Otra de las grandes banderas de campaña del BJP ha sido la inversión en infraestructura. En los últimos 10 años, se levantaron puentes, aeropuertos y puertos y se montaron más de 30.000 kilómetros de vías y 60.000 kilómetros de autopistas y rutas. Las grúas se han convertido en un paisaje cotidiano de las ciudades pero también de las zonas rurales como símbolo del boom de la construcción. También se proveyeron cerca de 40 millones de casas, se instalaron 110 millones de baños para reducir la defecación al aire libre, una práctica que propaga cualquier tipo de enfermedades, y se inauguraron 243 millones de canillas de agua potable.

"Todas estas son cosas que realmente pueden transformar la vida cotidiana de las personas", señala Vaishnav.

Otro componente que no debe subestimarse y que interpela al votante del BJP es el éxito que ha tenido con su ambiciosa política exterior. Con la organización de eventos de alto perfil como el G-20, una postura cada vez más asertiva en los foros multilaterales, un mayor gasto en Defensa, el estímulo de diversas alianzas estratégicas, la ventaja de ser el mayor contrapeso a China en Oriente e hitos como el alunizaje, el gobierno ha logrado elevar el perfil de la India en el escenario mundial.

El año pasado, el presidente Joe Biden recibió a Modi en la Casa Blanca con una alfombra roja, un gesto que muchos indios vieron con buenos ojos.

"La narrativa es que la India llegó a la mesa y que nuestro primer ministro es un jugador importante", comenta K K Kailash, investigador del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Hyderabad.

Pero tal vez, una de las promesas más seductoras para una parte importante de la población, especialmente en el poblado norte del país, ha sido la glorificación del Hinduismo. En la India viven 1100 millones de hindúes y el BJP corteja a esta mega mayoría haciéndolos sentir orgullosos de su religión y cultura. A veces, incluso ayuda a este proyecto avivando el resentimiento y alentando la violencia hacia los 200 millones de musulmanes, que conforman el 14% de la población.

"La India se está moviendo hacia una política más mayoritaria hindú en la que las minorías religiosas están siendo cada vez más marginadas, lo que podría tener impactos negativos a largo plazo en la estabilidad, la cohesión social y la desigualdad, entre otros aspectos", lamenta Vaishnav.

Pero lo cierto es que Modi sólo necesita la mitad del apoyo hindú para ganar las elecciones nacionales. En 2014, el BJP aseguró el 31% del voto nacional para obtener la mayoría de los escaños en el Parlamento, la primera vez en tres décadas que un solo partido lo lograba. Lo hizo aún mejor en 2019, con el 37%. Ahora, con la certeza de que ganará, los analistas ponen sus esfuerzos en estimar qué tan lejos llegará esta vez. "En cierto modo, es la parte más emocionante de estas elecciones", se ríe Vaishnav.