Dejaron de ser sólo víctimas y ahora también son victimarios. Al menos eso es lo que se desprende de los últimos episodios en los cuales los supremacistas blancos descargan su ira con asesinatos en distintos estados del país.

El caso más reciente y estruendoso fue el del ataque al centro comercial de Allen, en Texas, a principios de mayo. Allí el tirador era el mexicano-estadounidense Mauricio García, un hispano que causó la muerte de ocho personas y fue acribillado por la policía. García usaba tatuajes nazis y había compartido puntos de vista neonazis en sus redes sociales. En su diario perrsonal, llegó a escribir sobre la superioridad de los blancos no latinos y afirmó que perderían su ventaja si continuaban permitiendo la entrada de inmigrantes no blancos al país.

El parche que el tirador llevaba su chaleco decía "RWDS" (Right-Wing Death Squad) y se refería a los grupos paramilitares anticomunistas y antiindígenas en América Central y del Sur durante las décadas de 1970 y 1980. Es una identificación que se ha vuelto popular entre los grupos de ultraderecha de Estados Unidos como los Proud Boys, grandes agitadores del ataque al Capitolio.

La mayoría de los expertos coinciden en definirlo como el ejemplo más reciente de hispanos que promueven el supremacismo blanco. El tiroteo, que además dejó varias personas heridas, incluidos tres menores de edad, terminó con varios latinos y personas de ascendencia asiática entre las víctimas fatales.

En otro de los casos que sacudieron a todo el país en 2022, la masacre de la escuela primaria Robb de Uvalde, también en Texas, el asesino era Salvador Ramos, un joven de 18 años que llevaba un rifle de asalto AR15 y liquidó a 21 personas.

Tanto García como Ramos son exponentes que llevaron a la práctica las teorías que promueven voces hispanas que tienen un alto nivel de penetración. Uno de los más destacados es Nick Fuentes, el popular streamer de ultraderecha identificado como "supremacista blanco" en los archivos del Departamento de Justicia que organizó una conferencia de nacionalistas blancos en Florida y visitó a Trump en noviembre pasado en Mar-A-Lago.

El streamer latino de ultraderecha Nick Fuentes.

Otro es el cubano-estadounidense Enrique Tarrio, exlíder del grupo Proud Boys, que fue declarado culpable de conspiración sediciosa por su papel en el asalto al Capitolio en enero de 2021. Tarrio ya había sido sentenciado a cinco meses de cárcel en 2021 por incendiar una pancarta de Black Lives Matter, robada de una histórica iglesia negra en Washington.

Como parte de una identidad difusa y cambiante, la mayoría de los supremacistas latinos afirman no ser blancos, a pesar de que las protestas a las que se unen, los grupos a los que pertenecen y la violencia que generan parten de la defensa de la ideología de la blancura y el poder blanco.

Activistas y especialistas dicen que las organizaciones y los sitios web que promueven el supremacismo ofrecen desde hace tiempo signos claros de que buscan captar a cada vez más hispanos para que integren sus filas. Ya en 2017, el sitio web neonazi Daily Stormer lanzó una versión en español y existen casos de grupos de extrema derecha han reclutado a latinos.

Como parte de una identidad difusa, la mayoría de los supremacistas latinos afirman no ser blancos, a pesar de que las protestas a las que se unen y los grupos a los que pertenecen.

Algunos académicos latinos sostienen que los supremacistas latinos se ven afectados por la "blancura aspiracional", o el deseo de ser blanco para encajar en el orden racial y capitalista de los Estados Unidos, para evitar la discriminación que experimentan los afroamericanos o para justificar la búsqueda de riqueza y pertenencia individual.

Por su retórica anti-migrante, señalan a Abbott como peligroso partidario del supremacismo blanco

También influyeron sucesos de repercusión nacional como la masacre de agosto de 2019, cuando un tirador del poder blanco mato a 23 personas, casi todas latinas, en un Walmart de El Paso. Junto con la pandemia, en la que los hispanos se declararon víctimas reiteradas de delitos violentos, esos episodios derivaron en el aumento en las compras de armas por parte de los latinos.

Una encuesta realizada por National Shooting Sports Foundation encontró que hubo un aumento del 49% en la compra de armas por parte de los latinos entre 2019 y 2020. También reveló que 40% de los minoristas de armas informaron un aumento en las ventas a los latinos en 2021.

En un artículo de opinión del New York Times de la historiadora Cecilia Márquez se remontó a los orígenes de los supremacistas blancos latinos y citó una larga lista de antecedentes que se inicia en los años cincuenta con Pete García, un segregacionista mexicano-estadounidense de Dallas.

Una encuesta realizada por National Shooting Sports Foundation reveló que 40% de los minoristas de armas informaron un aumento en las ventas a los latinos en 2021.

Los expertos indican que el extremismo de derecha dentro de la comunidad latina proviene de tres fuentes: los hispanos que se identifican únicamente como blancos; la difusión online de información engañosa y que algunos latinos tienen opiniones racistas y antisemitas que rara vez se discuten abiertamente.

"Negar que el racismo y los prejuicios existen en nuestra comunidad hispana sería como negar la historia de todos los países que forman este continente. No es sorprendente ni extraño que los latinos, al igual que otros grupos de esta sociedad, tengan prejuicios y un odio tal contra sus pares que los impulsa a cometer actos de barbarie", escribieron Maribel Hastings y David Torres en una texto publicado hace tres semanas en America"s Voice, un grupo que defiende los derechos de inmigrantes.

El especialista Gerardo Cadava afirmó en una reciente columna en The New Yorker que la supremacía blanca latina no es un oxímoron y sostuvo que llevar a cabo un tiroteo masivo premeditado en los Estados Unidos es una de las cosas más estadounidenses que un latino podría hacer. "Estamos a solo cinco meses del 2023, y en ese tiempo diecisiete mil personas han muerto por armas de fuego en este país. Mientras tanto, hay más de sesenta millones de latinos en los Estados Unidos y, motivados por el extremismo o el miedo, han comprado muchas armas en los últimos años".

En el texto titulado "El auge de la supremacía blanca latina", Cadava sostiene que Samuel Huntington se equivocó cuando dos décadas atrás planteó en el libro "¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional de Estados Unidos ", que los inmigrantes mexicanos no se estaban asimilando como lo habían hecho los inmigrantes europeos anteriores. "Se asimilaron como otros lo hicieron. Aprendieron inglés, se casaron, se convirtieron en estadounidenses leales y adoptaron la política estadounidense, incluidas sus formas más extremas y violentas", dice.