La cumbre tendrá lugar en la base Elmendorf-Richardson (Anchorage). Volodímir Zelenski no estará presente, ya que rechaza la exigencia rusa de anexar territorios ucranianos ocupados durante la invasión como condición para poner fin al conflicto.
Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán este viernes en la base militar Elmendorf-Richardson para negociar un plan que permita alcanzar un armisticio entre Ucrania y Rusia.
Volodímir Zelenski fue excluido de la Cumbre de Alaska porque se niega a aceptar la exigencia de Rusia de anexar cuatro regiones de Ucrania como condición indispensable para lograr la paz, algo que ha manifestado en repetidas ocasiones.
Trump se ha mostrado favorable a la estrategia de negociación propuesta por Putin, mientras que Europa apoya la resistencia de Ucrania
La reunión en la base militar Elmendorf-Richardson permitirá a Putin romper su aislamiento internacional, mientras que para Trump representa la oportunidad de conocer de primera mano las exigencias finales del presidente ruso para sellar la paz con Ucrania.
Steve Witkoff, enviado especial de Estados Unidos, se reunió con Putin en Moscú y entregó en Washington un memorando secreto con las propuestas del Kremlin. Sin embargo, el presidente estadounidense desea comprender directamente las intenciones finales de Rusia.
En este contexto, la cumbre de Alaska servirá a Trump como exploración, llegando a la cita bilateral influenciado por las advertencias de Zelenski y los principales líderes europeos.
El presidente de Ucrania, junto con Emmanuel Macron (Francia), Ken Starmer (Reino Unido), Giorgia Meloni (Italia) y Friedrich Merz (Alemania), ya le han advertido a Trump que no aceptarán un armisticio que implique ceder las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia y la península de Crimea.
Hace dos días, el presidente de Estados Unidos cuestionó a Zelenski por su reticencia a aceptar las exigencias del Kremlin, mostrando así su afinidad con la estrategia de negociación de Putin.
"Me molestó un poco que Zelenski dijera: «Bueno, necesito la aprobación constitucional». O sea, tiene la aprobación para entrar en guerra y matar a todos, ¿pero necesita aprobación para hacer un intercambio de tierras?", comentó Trump en la Casa Blanca.
Y agregó: "Porque habrá intercambios de tierras. Sé que, a través de Rusia y de conversaciones con todos, por el bien de Ucrania, habrá cosas buenas, no malas, y también malas para ambos. Así que hay cosas buenas y malas, pero es muy complejo, porque hay líneas divisorias muy desiguales. Y habrá intercambios, habrá cambios en la distribución de tierras".
Pero las advertencias de Zelenski, Macron, Meloni, Starmer y Merz lograron su objetivo: tras la cumbre con Putin, el presidente de Estados Unidos anunció que dialogará con los mandatarios europeos para definir un proceso diplomático que permita terminar con la guerra de Ucrania.
Zelenski y los líderes europeos rechazan la anexión rusa de las regiones ocupadas y Crimea, así como la negativa de Putin a permitir que tropas de la OTAN se desplieguen en Ucrania para garantizar su soberanía territorial.
Este conjunto de condiciones de Europa implica una difícil negociación para la Casa Blanca. Trump tendrá que equilibrar sus propios intereses geopolíticos, las pretensiones de Putin y las exigencias de Zelenski, quien enfrenta el cansancio de sus tropas y la caída de su imagen pública en Ucrania.
La cumbre de mañana en la base Elmendorf-Richardson es el comienzo de un proceso multilateral con un final incierto.
Putin rompió su aislamiento, pero enfrenta la resistencia de Europa. Trump ocupa el centro del escenario global, condicionado por las pretensiones antagónicas de Rusia y Ucrania. Zelenski asume que la administración republicana está más cerca de las intenciones de Moscú que de los deseos de Kiev.
Trump y Putin no se han reunido desde el G20 de Japón, que tuvo lugar en Osaka a fines de junio de 2019.