La Casa Blanca anunció este martes que, en los primeros seis meses desde el regreso de Donald Trump al poder, el gobierno arrestó a más de 300.000 inmigrantes indocumentados. Según la vocera presidencial, Karoline Leavitt, "casi el 70% de estos arrestos corresponden a extranjeros con cargos o condenas previas", lo que calificó como "un éxito en toda regla" para la seguridad pública.

Desde enero, Trump ha reforzado su política antiinmigratoria, impulsando el trabajo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y llevando adelante su promesa de una campaña de deportación masiva.

Datos de la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP) revelan que en julio se registraron 24.628 encuentros fronterizos a nivel nacional, el número mensual más bajo de la serie histórica, por debajo del récord anterior de junio. En la frontera sur con México, se concretaron 4.601 detenciones, un 24% menos que el mínimo histórico previo y un 92% menos que en julio de 2024.

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En un mensaje en las redes sociales, el presidente estadounidense dijo que firmó un decreto para extender la suspensión de la tregua con el gigante asiático.

Además, el informe indica que el mes pasado no hubo liberaciones bajo libertad condicional, a diferencia de las 12.365 registradas un año atrás. "Se acabaron las excusas. Hemos recuperado nuestra frontera", afirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem.

En contraste, organizaciones defensoras de los inmigrantes denunciaron abusos y violaciones del debido proceso en cientos de casos, señalando condiciones críticas en centros de detención como el denominado "Alligator Alcatraz" en los Everglades de Florida.