La medida tiene efecto inmediato. Hay casi 6800 estudiantes que están cursando y que deberán irse del país o transferirse a otras escuelas.
En una nueva escalada contra la prestigiosa Universidad de Harvard, el gobierno de Donald Trump le retiró el derecho a inscribir estudiantes extranjeros y ordenó que los casi 6.800 alumnos internacionales que actualmente cursan en esa institución deban transferirse a otras universidades o abandonar Estados Unidos, informó la agencia AP.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, comunicó la medida en una carta dirigida al presidente de Harvard, Alan Garber, donde anunció la revocación inmediata de la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVIS), sistema que permite a los estudiantes extranjeros estudiar legalmente en Estados Unidos.
"No hay privilegio para Harvard. Se negó a cumplir la ley y perdió su certificación del programa. Que esto sirva de advertencia a todas las universidades del país", afirmó Noem en la red social X.
Según datos de la página ShunStudents, los estudiantes extranjeros representaban el 27,2% del total del alumnado en el último ciclo académico, con casi 6.800 alumnos.
El Departamento de Seguridad Nacional acusó a Harvard de "fomentar la violencia, el antisemitismo y coordinarse con el Partido Comunista Chino en su campus". En abril, el gobierno exigió a la universidad información sobre actividades de estudiantes internacionales, incluyendo su participación en protestas. Harvard entregó solo parte de los registros solicitados, según The Harvard Crimson.
Esta medida forma parte de una ofensiva del gobierno de Trump contra universidades acusadas de permitir antisemitismo y promover manifestaciones propalestinas. También se busca eliminar programas de diversidad dirigidos a minorías.
La semana pasada, la administración anunció un nuevo recorte de 450 millones de dólares en subvenciones federales para universidades, sumándose a una reducción previa de 2.200 millones.
"No es un derecho, sino un privilegio, matricular estudiantes extranjeros y beneficiarse de sus pagos de matrícula", señaló Noem, mientras Trump calificó a Harvard como una "institución de extrema izquierda y antisemita", un "desastre progresista" y una "amenaza para la democracia".
Por su parte, Harvard demandó al gobierno el mes pasado por intentar imponer cambios en su plan de estudios, políticas de admisión y prácticas de contratación.