En una noche fría de febrero en Strasburg, Colorado, Sharon Lewis, de 74 años, caminaba hacia la puerta de su casa acompañada de su bisnieto, Bridger Peabody, de apenas 3 años. La oscuridad cubría el patio trasero cuando, de repente, Lewis tropezó y cayó sobre el porche, golpeándose la cabeza contra un escalón de cemento. La herida fue severa: la sangre le cubrió el rostro y empapó su ropa. "Me golpeé la cabeza y se abrió", recordó Bridger al medio KUSA, citado por NBC News.

Sin nadie más cerca para ayudarla, Lewis intentó llamar a su vecina, pero no recibió respuesta. La única persona a su lado era su bisnieto, quien, aunque asustado por la oscuridad, se convirtió en su única esperanza de conseguir ayuda. "Le dije: 'Vas a tener que ser valiente. Jesús te ayudará'", contó Lewis en una entrevista con People. En ese momento, el niño reunió el coraje suficiente para salir solo al patio en busca del teléfono de su bisabuela.

Bridger caminó hacia el auto estacionado en la entrada, pero regresó casi de inmediato. "Me dijo: 'Está demasiado oscuro, GG'", relató Lewis a NBC News. Sin embargo, tras recibir palabras de aliento, el niño hizo un segundo intento. Se adentró en la oscuridad hasta llegar al vehículo, logró abrir la puerta y, con una mezcla de miedo y determinación, tomó el teléfono. "Lo logré, GG", gritó con emoción al regresar.

Un accidente inesperado

La caída de Lewis ocurrió tras un día complicado para la familia. Horas antes, la mujer había llevado a Bridger a casa después de visitar el Children's Hospital, donde la hermana mayor del niño, Tenleigh, estaba recibiendo tratamiento tras lastimarse un dedo en un carrito de compras, explicó Stephanie Peabody, madre de Bridger, a People.

Mientras caminaban por el patio trasero para entrar a la casa, Lewis tropezó con un objeto y cayó de espaldas. "Debo haber tropezado con algo que sobresalía", relató la mujer a KUSA. El impacto fue fuerte: se golpeó la cabeza en un escalón de cemento y comenzó a sangrar de inmediato. A pesar del dolor, intentó mantener la calma para no asustar a su bisnieto.

Tras el golpe, Lewis intentó llamar la atención de una vecina cuya casa tenía las luces encendidas, pero sus gritos no fueron escuchados. Con pocas opciones, confió en Bridger para buscar ayuda. La tarea no era sencilla: el niño tenía miedo de la oscuridad y la distancia hasta el auto le parecía aterradora.

Bridger, con su determinación infantil, salió en busca del teléfono. En el camino, se repetía a sí mismo: "No tengas miedo", como captaron las imágenes de una cámara de vigilancia de la casa, según People. Cuando finalmente alcanzó el auto y tomó el teléfono, celebró con un "¡Lo hice!", antes de correr de regreso.

Rescate y recuperación

Con el teléfono en mano, Lewis logró llamar a su familia. Minutos después, llegaron su nieta y su yerno, quienes llamaron a una ambulancia. Lewis fue trasladada al UCHealth Anschutz, donde los médicos le diagnosticaron una grave conmoción cerebral y le colocaron 22 grapas en la cabeza para cerrar la herida, informó NBC News.

Stephanie Peabody, madre de Bridger y nieta de Lewis, se enteró de la situación al recibir una notificación de movimiento en su entrada. "Abrí la aplicación de la cámara y lo único que vi fueron ambulancias en el camino de entrada", explicó a People. Al llamar a su madre en pánico, le confirmaron que Lewis estaba siendo atendida y que su hijo estaba a salvo con los vecinos.

Días después del accidente, la familia aún se sorprendía por el coraje de Bridger Peabody. "GG lo llama su héroe. No sabemos qué habría pasado si no hubiera estado ahí", dijo su madre a People. Sin embargo, el niño, en su inocencia, no comprende del todo su hazaña. Cuando su bisabuela le dice que es un héroe, él responde: "No. Soy Bridger", contó Lewis a NBC News con una sonrisa.