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Una neoyorquina tenía una cita "normal" hasta que su acompañante reveló de qué estaba hecha su pulsera

Lo que comenzó como una cena aparentemente cotidiana con un hombre reservado terminó con una revelación que dejó a su cita sin palabras: un brazalete hecho con un material tan íntimo como inesperado


Domingo, 1 de Diciembre de 2024

En el bullicioso y siempre impredecible escenario de Nueva York, las citas suelen venir con su propia dosis de sorpresas. Así comenzó esta historia, cuando una joven llamada Jana Hocking, quien contó su experiencia en el New York Post, decidió reencontrarse con un hombre que había conocido meses atrás en una fiesta invernal. Aquella noche, el bar subterráneo donde coincidieron estaba lleno de luces bajas y un aire de travesura palpable, el tipo de ambiente que promete anécdotas memorables.

El hombre en cuestión dejó una impresión difícil de olvidar gracias a su particular elección de vestimenta: un sombrero que llevaba inscrito el provocador mensaje "Show me that butthole" ("Enséñame ese agujero"). Era un evento de disfraces, y el gesto se tomó con humor. Aunque los detalles del encuentro se desdibujaron con el tiempo, ese sombrero siguió siendo un recuerdo claro.

Diez meses después, cuando él la invitó a cenar, ella aceptó, intrigada por ver cómo sería el hombre detrás de aquel mensaje irreverente. Sin embargo, al llegar al restaurante, el personaje que recordaba como audaz y excéntrico parecía haber desaparecido. En su lugar, la recibió un hombre educado, un poco tímido, con una apariencia que podía describirse incluso como "normal" o "sana". La dualidad entre la primera impresión y la persona que tenía frente a ella marcó el tono de la noche: algo diferente estaba a punto de ocurrir.

Una cita con un detalle muy curioso

La cena transcurrió en un ambiente relajado, con un intercambio de conversaciones que combinaban anécdotas y temas ligeros. Aunque el hombre parecía haber dejado atrás la extravagancia de su famoso sombrero, su compañía resultaba agradable. La conversación fluía, aunque sin las dosis de excentricidad que ella había esperado, basándose en su recuerdo de aquella noche en la fiesta invernal.

Después de terminar los platos principales, ambos decidieron pedir otra ronda de bebidas, extendiendo la velada. Fue en ese momento, entre risas y comentarios sobre accesorios, que ocurrió el giro inesperado. Ella notó un brazalete en su muñeca, un diseño curioso y distintivo, y lo elogió. No era la típica pulsera que se ve en las tiendas de lujo, sino algo único. Su reacción al cumplido, sin embargo, cambió radicalmente el curso de la noche.

Con una sonrisa traviesa, él metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña linterna UV. Intrigada, ella observó cómo dirigía la luz ultravioleta sobre las cuentas del brazalete, que inmediatamente comenzaron a brillar con pequeños puntos luminosos. Ella no tardó en expresar su asombro, pero lo que vino después fue aún más sorprendente.

"¿Sabes qué es eso?", preguntó él, con un tono que mezclaba diversión y orgullo. Antes de que ella pudiera adivinar, soltó la respuesta: "Es mi semen". El comentario cayó como un balde de agua fría en la conversación.

Jana quedó boquiabierta, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Él, por su parte, parecía encantado con su revelación, explicando con total naturalidad que las cuentas del brazalete habían sido hechas con su propio esperma, procesado y convertido en piezas de joyería por una empresa especializada.

El momento marcó un antes y un después en la noche. Lo que había comenzado como una cena aparentemente normal tomó un giro surrealista que ella jamás habría imaginado.

MDN


La fabricación de las pulseras de semen

Intrigada, aunque todavía atónita, Hocking escuchó cómo su cita detallaba el proceso detrás del peculiar brazalete. Según explicó, estas piezas de joyería personalizadas son fabricadas por una empresa canadiense liderada por Amanda Booth, una diseñadora conocida por sus enfoques poco convencionales. El concepto, que la empresaria denomina "joyería con semen" o "jizzy jewelry", comenzó casi como una broma en 2021. Un comentario casual en TikTok sobre incluir "líquido seminal" en sus diseños generó tal interés que la idea se convirtió en una realidad empresarial.

El proceso, según él describió, no es particularmente complicado, pero sí inusual. Todo comienza con el envío de una muestra fresca de semen a la empresa. Esta se seca y se convierte en un polvo fino que luego se mezcla con materiales para moldear las cuentas de la pulsera. El resultado final es una pieza única que, bajo luz ultravioleta, revela diminutos destellos que recuerdan el origen de su creación. La pulsera, además de ser un accesorio llamativo, es entregada con una linterna UV para que sus propietarios puedan "iluminar" sus recuerdos de manera literal.

Él también mencionó que no era el único en su círculo social con una pieza de este tipo: varios de sus amigos se habían sumado a la tendencia, cada uno orgulloso de llevar una pulsera hecha con su "contribución personal". Ella, aun procesando la información, intentaba decidir si lo que estaba escuchando era una confesión excéntrica o una broma sofisticada.

Cómo concluyó la cita

El resto de la noche transcurrió con una mezcla de incredulidad y nerviosas carcajadas por parte de ella, mientras él parecía disfrutar de su momento de protagonismo. Intentaron retomar la conversación en otros temas, pero la revelación del brazalete impregnó la atmósfera de un aire extraño. Para ella, la cita había pasado de ser un encuentro divertido a algo que rozaba lo surrealista.

Finalmente, al despedirse fuera del restaurante, ambos intercambiaron palabras cordiales, pero el ambiente indicaba que no habría una segunda cita. Mientras ella regresaba a casa, la idea de la pulsera y su procedencia seguía rondando en su mente.