Cuando el objetivo es congelar el pollo, es imperativo asegurarse de que esté completamente frío antes de introducirlo en el freezer. Cuándo consumirlo
En la rutina diaria, es común encontrarnos con excedentes de comida que requieren almacenamiento para su consumo posterior. El dilema sobre si es más adecuado conservar estos alimentos en la heladera o en el freezer a menudo surge, debido a la preocupación por la alteración del sabor tras varios días o el temor a alergias e intoxicaciones. Este temor no es infundado, ya que la correcta conservación de los alimentos, como el pollo, es esencial para su seguridad y consumo.
Dentro de este contexto, nos centramos en el pollo, una proteína ampliamente consumida. Para aquellos que desean preservar este alimento correctamente, compartimos un consejo esencial que garantiza su almacenamiento y posterior consumo con total tranquilidad.
Cuando el objetivo es congelar el pollo, es imperativo asegurarse de que esté completamente frío antes de introducirlo en el congelador. Esta precaución es crucial para evitar que el calor residual del pollo afecte la temperatura de los alimentos circundantes, lo que podría favorecer la proliferación de bacterias perjudiciales para la salud.
Asimismo, se recomienda:
Siguiendo las pautas proporcionadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), los periodos de congelación recomendados para el pollo varían según su forma de preparación:
Es fundamental subrayar que, una vez transcurridos estos tiempos de congelación y después de haber recalentado el pollo, no es seguro volver a congelarlo. Este hábito podría resultar en una intoxicación alimentaria. Los grupos vulnerables como niños menores de 5 años, adultos mayores de 65 años, personas con sistemas inmunológicos debilitados y mujeres embarazadas son particularmente susceptibles a estas afecciones.
Es aconsejable seguir meticulosamente las directrices de la FDA con respecto a los periodos de congelación y refrigeración, ya que una intoxicación alimentaria de tal envergadura podría incluso tener consecuencias fatales. La seguridad alimentaria es un compromiso que debemos asumir con responsabilidad.