La mandarina tiene una gran cantidad de propiedades y beneficios que ameritan su consumo y se detallan a continuación.

Alto porcentaje en agua: un 85% de su composición es agua por lo que se destaca por ser una fruta diurética, además de su poder saciante y sus bajas calorías.

Gran aporte vitamínico: en especial de provitamina A o Betacaroteno, esencial para la visión, piel, huesos y sistema inmune. Además de vitamina C, que interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes y glóbulos rojos. Además, favorece la absorción del hierro y la resistencia a las infecciones. Ambas vitaminas, junto a los flavonoides, le dan su aporte antioxidante.

Alto contenido en fibra: lo que favorece el tránsito intestinal. Está presente, sobre todo, en la parte blanca, entre la pulpa y la corteza.

Rico en minerales: contiene mucho potasio, necesario para la transmisión y generación de impulsos nerviosos y para la actividad muscular. El calcio, magnesio, hierro, zinc y fósforo completan las propiedades nutricionales.

En cuanto a los beneficios, cuatro de ellos son:

Bienestar digestivo: colabora a combatir el estreñimiento por ser una fuente de fibra. Permite una mejor absorción de los nutrientes y ayuda al control de los niveles de azúcar en sangre.

Ayuda a controlar el peso: tiene pocas calorías, un gran aporte de agua y poder saciante. Sus vitaminas reducen la producción de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir en el almacenamiento de grasas.

Diurética: además del aporte de agua necesario, ayuda a eliminar las toxinas a través de la orina y sus vitaminas evitan cualquier tipo de anemia.

Refuerza el sistema inmunológico: gracias a la vitamina C que contiene.