Autorizado por la Justicia, el músico se presentó en Córdoba luego de más de 3.200 días sin conciertos. Con un show de 33 canciones, emoción a flor de piel y un público atravesado por varias generaciones, Cristian Álvarez escribió un nuevo capítulo de su historia.
Pity Álvarez salió a escena a las 21.25 y el tiempo pareció detenerse. Habían pasado nueve años -3.212 días, con exactitud- desde su último concierto, y el estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba, volvió a ser escenario de un regreso que excedió lo musical, como ya había ocurrido en 2006 con Callejeros.
Autorizado por los jueces que intervienen en la causa por la muerte de Cristian Díaz, el show comenzó con un fragmento de "El Rey". Antes, el músico ingresó al escenario con una correa en la mano, paseando a una exuberante mujer, en una puesta tan provocadora como simbólica. Luego llegaron "Intoxicado" y "Nena, me gustas así", marcando el pulso inicial del concierto.
Acompañado por una big band más cercana al espíritu de Intoxicados que a la crudeza de Viejas Locas, Pity apeló a uno de sus sellos históricos: el juego con la desafinación. En el primer bloque sonaron, entre otros temas, "Mi inteligencia intrapersonal", "Homero" -dedicada a su padre-, "Tirado en la estación", "No tengo ganas", "Árbol de la vida", "Me gustas mucho", "Se fue al cielo" y "Volver a casa", antes de un intervalo de diez minutos.
Cristian Álvarez, la persona detrás del personaje, apareció con mayor nitidez promediando el show, tras interpretar "Fuiste lo mejor". "Si dicen que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza: ¿qué me va a juzgar Dios? A mí que soy otro dios. Solo el universo me puede juzgar", dijo antes de quebrarse en llanto, en uno de los momentos más intensos de la noche.
El segundo bloque incluyó "Una vela", junto a Felipe Barroso -ex socio creativo y guitarrista de Intoxicados-, un homenaje a Blues Motel y "Caminando por las piedras". En el tercero llegaron "Reggae para los amigos", "Te entiendo", "Qué vas a hacer tan sola", "Fuego", "Está saliendo el sol", "Nunca quise" y "Lo artesanal".
Tras una falsa despedida y con parte del público ya abandonando el estadio, el cierre definitivo llegó con "Quieren rock" y "Una piba como vos", completando un total de 33 canciones.
Para quienes fueron adolescentes en los años 90 y principios de los 2000, Pity Álvarez sigue siendo una mezcla de poeta y cronista urbano. En sus letras conviven el barrio, la noche y el día después, la precarización laboral, la falta de oportunidades, las crisis existenciales y económicas, y también el disfrute de la vida. Esa misma energía fue percibida por nuevas generaciones que nunca lo habían visto en vivo y que experimentaron, por primera vez, la adrenalina y la incertidumbre de no saber qué podía pasar sobre el escenario.
En el futuro inmediato de Cristian Álvarez no hay conciertos ni grabaciones previstas. Tal como anticipó el productor José Palazzo antes del show, el martes deberá presentarse ante la Justicia. A largo plazo, queda abierta la incógnita sobre los próximos capítulos de la vida de Pity Álvarez y si su historia tendrá, una vez más, un giro inesperado.