La mañana del lunes comenzó con angustia para Carolina "Pampita" Ardohain. Desde el exterior, recibió la noticia de que su casa en Barrio Parque había sido robada y que los delincuentes se habían llevado una caja fuerte con objetos de enorme valor sentimental: viejos teléfonos que contenían fotos y videos de su hija Blanca, fallecida en septiembre de 2012.

El episodio generó profunda tristeza en la modelo y su entorno, pero la jornada dio un vuelco inesperado. Horas después, en una comunicación con el programa Rumis (La Casa), Pampita confirmó entre lágrimas que los aparatos habían sido recuperados. "Ya tengo en mi poder los teléfonos", dijo emocionada, mientras recibía aplausos y muestras de apoyo.

"Todos los que hemos perdido familiares sabemos lo que es escuchar la risa o ver la imagen de esa persona que tanto amamos. Era material muy importante para mí", explicó con la voz entrecortada. Señaló que los celulares eran tan antiguos que resultaba imposible transferir los archivos por aplicaciones modernas y que ni especialistas habían logrado extraer ese contenido.

La conductora contó que, más allá de los objetos de valor que también estaban en la casa, lo único que realmente le importaba eran esos teléfonos: "Si tenía una caja fuerte, era por ellos. No me interesa nada más, ni carteras, ni anteojos".

Pampita reveló que rezó todo el día anterior y confió en que alguien los devolvería: "Le pedí a Dios y a mi hija. Alguien bueno tenía que aparecer. Y pasó muy rápido, en cuestión de horas".

La modelo se enteró de la buena noticia mientras realizaba trámites en la embajada de Chile, acompañada por sus hijos. "Nos pusimos a llorar todos. Para ellos también es re importante tener ese material. Estábamos abrazados, llorando y saltando de alegría", relató.

La recuperación de los teléfonos permitió transformar un día de angustia en un momento de alivio y unión familiar, donde los recuerdos de Blanca volvieron a estar a resguardo.