La medida regirá hasta el 31 de octubre y apunta a incentivar la liquidación de soja, maíz, trigo y carne bovina y aviar. El alivio cambiario será a costa de una fuerte pérdida fiscal estimada en 0,15% del PBI.
En medio de la tensión cambiaria y a seis semanas de las elecciones legislativas, el Gobierno anunció la eliminación de los derechos de exportación para granos, subproductos y carnes. La decisión, formalizada en el Decreto 682/2025, busca asegurar un flujo adicional de divisas al mercado y aliviar la presión sobre el dólar, aunque con un fuerte costo fiscal.
La normativa, publicada en el Boletín Oficial, incluye a soja, maíz, trigo, cebada, sorgo y girasol, así como a las carnes bovinas y aviar, y estará vigente hasta el 31 de octubre. Además, fija un tope de US$7000 millones para registrar declaraciones juradas de exportación: "lo que ocurra primero".
Según cálculos privados, el stock de soja por vender asciende a 15 millones de toneladas (unos US$6000 millones) y el de maíz a 12 millones de toneladas (unos US$2400 millones). De todos modos, especialistas advierten que no todo se liquidará en octubre, ya que muchos productores esperarán a ver la evolución del tipo de cambio tras los comicios.
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El Gobierno comunicó que habrá retenciones cero a los granos hasta fin de octubre y recibió un espaldarazo por parte de la Casa Blanca.
El costo fiscal directo de la medida rondará los US$1000 millones, equivalente al 0,15% del PBI, de acuerdo con un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). En la misma línea, la consultora Equilibra estimó un impacto de US$950 millones en lo que resta del año.
Los analistas destacan efectos contrapuestos:
Además, el IARAF señaló posibles efectos indirectos: el aumento de la base imponible del impuesto a las Ganancias, y mayor renta disponible para productores que podría traducirse en consumo e inversión, con un rebote parcial en IVA y presión tributaria general.
En síntesis, el Ejecutivo apuesta a dólares inmediatos para estabilizar el mercado en semanas clave, aun a costa de complicar la meta fiscal y dejar un escenario más frágil después de octubre.