El NYSE siente el impacto de la geopolítica. Los futuros de acciones muestran caídas, reflejo de un escenario internacional complejo.
Las acciones estadounidenses experimentan un retroceso el martes, afectadas por la decreciente esperanza de una pronta resolución en las hostilidades entre Israel e Irán. La situación se deterioró aún más cuando el entonces presidente Trump minimizó la posibilidad de una tregua, mientras los ataques aéreos en la región persistían. Esta incertidumbre geopolítica generó una notable aversión al riesgo en los mercados globales, impactando directamente en las expectativas de los inversores.
El impacto se reflejó claramente en los principales indicadores. El Dow Jones Industrial Average registra una caída del 0.5%, mientras que el S&P 500 experimenta un descenso del 0.4%. Por su parte, el Nasdaq 100, el índice tecnológico, retrocede un 0,6%. Esta caída simultánea en los principales índices bursátiles pone de manifiesto la sensibilidad del mercado ante los acontecimientos en Medio Oriente y la percepción de un conflicto prolongado.
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A pesar de la escalada de la tensión, las acciones estadounidenses habían mostrado, hasta ese momento, cierta resiliencia. En este sentido, los principales índices bursátiles cerraron al alza el lunes, impulsados por un informe que sugería que Irán buscaba un alto el fuego y el regreso a las negociaciones sobre su programa nuclear. Este breve respiro se basó en la expectativa de una desescalada, una esperanza que rápidamente se desvaneció con las declaraciones y acciones subsiguientes.
Sin embargo, el panorama cambió drásticamente con el llamado del presidente Trump a la evacuación de la capital iraní durante la noche, en medio de un aumento de las tensiones entre Israel e Irán. Esta declaración pública alarmó a los mercados, que comenzaron a sopesar el riesgo de una escalada hacia una guerra regional a gran escala. La preocupación se acentuó con la salida anticipada del presidente de la cumbre del G7, un gesto que muchos interpretaron como una señal de la gravedad de la situación y la inminencia de acciones más contundentes.
Trump descarta una pausa en las hostilidades
A primera hora del martes, el presidente Trump desestimó categóricamente la idea de que estuviera trabajando en una pausa en las hostilidades en Medio Oriente, una sugerencia previamente planteada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron. Esta declaración pública, realizada a través de sus redes sociales, disipó cualquier ilusión de un rápido apaciguamiento del conflicto. Sus palabras, "ciertamente no tiene nada que ver con un alto el fuego. Mucho más grande que eso", dejaron en claro la magnitud de sus intenciones y la complejidad del escenario geopolítico.
Cuando fue presionado por los periodistas a bordo del Air Force One para que detallara sus objetivos, Trump respondió de manera contundente: "Un fin. Un fin real, no un alto el fuego, un fin". Esta afirmación, si bien enérgica, careció de los detalles específicos sobre los próximos pasos o las estrategias a seguir para alcanzar ese "fin". La falta de información concreta, sumada a la retórica ambigua, contribuyó a generar una mayor incertidumbre entre los inversores y los analistas políticos.
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La postura del presidente Trump fue interpretada como una señal de su determinación de no ceder ante las presiones para una tregua, lo que sugería un camino más largo y potencialmente más conflictivo en la región. Esta visión contrastaba con las esperanzas iniciales de una desescalada rápida, llevando a los mercados a recalibrar sus expectativas y a prepararse para un período prolongado de inestabilidad. La ausencia de un plan claro para la resolución del conflicto exacerbó el nerviosismo global.
La comunidad internacional, por su parte, observaba con preocupación los acontecimientos, mientras las capitales mundiales analizaban las implicaciones de las declaraciones de Trump. La retórica presidencial, lejos de calmar las aguas, añadió combustible a la incertidumbre, dejando entrever que la crisis en Medio Oriente estaba lejos de su fin y que su evolución dependería en gran medida de las decisiones políticas que se tomaran en Washington y en la región.
La política comercial y las tasas suman presión a Wall Street
Paralelamente a las preocupaciones geopolíticas, Wall Street también se enfrenta a la incertidumbre generada por la política comercial del presidente Trump y la dirección de las tasas de interés en Estados Unidos. La combinación de estos factores creó un ambiente de cautela entre los inversores, quienes evaluaban el impacto potencial de estas decisiones en la economía global y en los balances de las empresas. La política comercial, en particular, había sido una fuente constante de volatilidad en los mercados.
A medida que se acercaba la fecha para el levantamiento de la pausa en los aranceles de gran alcance impuestos por Trump, los funcionarios estadounidenses aprovecharon la cumbre del G7 para impulsar acuerdos comerciales. Este enfoque agresivo buscaba renegociar las relaciones comerciales existentes y establecer nuevas alianzas estratégicas. La primera señal concreta de este esfuerzo se materializó el lunes, cuando Trump y el entonces primer ministro británico, Keir Starmer, firmaron el pacto comercial entre Estados Unidos y el Reino Unido, acordado en mayo. Este acuerdo, si bien específico, sentó un precedente sobre la dirección de la política comercial estadounidense.
En cuanto a los datos económicos clave de la semana, las ventas minoristas en Estados Unidos registraron una caída del 0.9% en mayo, un descenso mayor al esperado por los economistas. Este retroceso se atribuyó a que los consumidores moderaron su gasto, luego de un aumento previo a la imposición de los aranceles. La disminución en el consumo minorista generó preocupaciones sobre la salud general de la economía y la posible desaceleración del crecimiento, lo que añadió una capa más de complejidad al panorama financiero.
Finalmente, los ojos de Wall Street estan puestos en la reunión de dos días de la Reserva Federal, que comenzó hoy. Los inversores buscan pistas sobre si los formuladores de políticas aún tenían la intención de recortar las tasas de interés dos veces en 2025, dadas las recientes señales de enfriamiento de la inflación. A pesar de la especulación, se espera que la Fed mantenga las tasas estables en su decisión del miércoles, lo que dejaría abiertas las preguntas sobre el futuro de la política monetaria y su impacto en los mercados de bonos y acciones.
Fuente: Iprofesional