El crecimiento de los últimos dos meses superó las expectativas. Caputo apuesta por la baja de la inflación y el despegue del consumo
En el equipo económico transmiten confianza: la salida de la recesión podría estar más cercana a la supuesta hasta hace algunas semanas. La llegada de dólares que provino del blanqueo y de las emisiones de deuda por parte de las compañías privadas se convirtieron en la base de un escenario óptimo para la coyuntura.
Algunos funcionarios exhiben, incluso en público, que los economistas de las consultoras "no la vieron". José Luis Daza, número dos en Economía, es uno de los más demostrativos.
Inflación y consumo: Luis Caputo y Javier Milei van por la "fase 2" del plan
Los últimos registros dan cuenta de una aceleración en la mejora de la actividad. Para Eco Go, la suba de septiembre alcanzó al 1,5% versus agosto. Se trata de un número mejorado respecto del mes anterior, cuando la economía se había movido apenas el 0,2% intermensual.
Nadie se atrevería a pensar que octubre no estuvo incluso por encima del mes anterior. Más bien todo lo contrario.
La compra de dólares durante octubre, por parte del BCRA, fue la más grande de los últimos años. El blanqueo en efectivo por u$s18.000 millones y la rotunda emisión de Obligaciones Negociables, por más de u$s5.000 millones, completaron un escenario virtuoso.
Hay una cuestión bien gráfica: así como la "primera" en la caja de cambios de un automóvil sirve para el primer movimiento, el Gobierno está urgido en hallar los "drivers" para pasar a la segunda, tercera y cuarta marcha.
Para seguir con el ejemplo, ningún auto logra avanzar en primera.
La mejora durante el tercer trimestre permitió la vuelta al mismo nivel de noviembre del año pasado, básicamente porque esa recuperación fue más poderosa a la esperada. Fue la primera mejora luego de tres trimestres consecutivos de retroceso.
Ahora bien, la expansión fue despareja. Algunos sectores lucen bien competitivos, con la energía y la minería a la cabeza, seguida por la intermediación financiera (créditos), pero con distintos nichos que todavía están lejos de la recuperación.
La industria, el comercio y la construcción, en distintos niveles, quedaron como los más golpeados por la crisis.
"Como suele suceder con estas crisis, lo primero que levanta son las inversiones. En este caso, lucieron bien en bienes durables, pero todavía no se nota en el consumo", dice a iProfesional Sebastián Menescaldi, economista jefe de Eco Go.
El crecimiento del consumo fue del 0,5% en ese trimestre, de acuerdo a la estimación de esa consultora.
La reactivación del crédito fue muy relevante en las últimas semanas. Incluso hubo mejoras tanto en las líneas bancarias como en las "no bancarias" (tarjetas regionales y fintech, por ejemplo), que también se vinculan con el consumo.
En ese sentido, el rubro de los electrodomésticos, que venía muy pinchado, empezó a desplegar una tibia mejora, de la mano del crédito y la posibilidad de cuotas más bajas, ajustadas a las posibilidades de los ingresos de las familias.
Hoy en día, el principal límite a la expansión de la actividad sigue centrado en la generación de dólares.
El puente que generó el tándem Caputo-Bausili debería ser refrendado en los próximos meses, si se pretende afianzar (y financiar) el crecimiento.
Por eso mismo, el Gobierno ya deslizó que mantiene conversaciones con bancos internacionales para concretar un repo (préstamo de corto plazo), con la idea de que no haya un bache de dólares en los próximos meses.
La economía argentina consume buena cantidad de divisas para sostener un plan expansivo. Históricamente, por cada punto de crecimiento, las importaciones se expanden cuatro puntos.
Hay otro limitante: la recuperación de los ingresos de las familias, que aún aparece como muy heterogéneo. Mientras los salarios formales (en blanco) ya se encuentran "a tiro", en un nivel muy cercano al de noviembre del año pasado, el resto (informales, independientes y empleados públicos) siguen afrontando una pérdida en términos reales en sus ingresos.
En promedio, hoy en día, el ingreso de los asalariados se encuentra un 13% por debajo de noviembre. Los "informales" son los que más perdieron: un 25%.
La baja de las tasas de interés anunciadas apenas iniciado noviembre da cuenta de que Caputo está encima de la dinámica de la actividad.
Esa contracción en el costo del dinero tiene una doble intención: la principal va de la mano de la ansiada disminución del ritmo inflacionario. Este movimiento podría ser el preámbulo de una baja del "crawling peg", tal como lo sugirió el economista Ricardo Arriazu.
En segundo instancia, la rebaja busca un impulso adicional en la demanda de créditos, que a su vez potencia el consumo. Esa es, al fin y al cabo, otro de los objetivos de la Casa Rosada para el fin de año que se avecina.