Desde 2013, el fútbol argentino se juega sin hinchas visitantes en torneos locales. Este sábado, la vuelta de Ángel Di María será el motor de una histórica excepción en la Liga Profesional.
Después de más de una década sin público visitante en los torneos de la Liga Profesional, una noticia sacude al fútbol argentino: este sábado, Rosario Central podrá llevar hinchas a su partido frente a Lanús en La Fortaleza. Será la primera vez en 12 años que se habilite la presencia de la parcialidad rival en un encuentro de Primera División en la provincia de Buenos Aires. El regreso de Ángel Di María al fútbol argentino es el impulso que movilizó esta medida histórica.
El retorno de los visitantes no es casual. El 10 de junio de 2013, una tragedia marcó un antes y un después. En la previa de un partido entre Estudiantes y Lanús, Javier Gerez, integrante de la Subcomisión del Hincha Granate, fue asesinado por un disparo de bala de goma a quemarropa durante una represión policial en las inmediaciones del Estadio Único de La Plata. La muerte de Gerez derivó en la prohibición inmediata del ingreso de hinchadas visitantes en la provincia, que luego fue replicada en todo el país por la AFA.
Desde entonces, salvo en algunos encuentros de Copa Argentina o en casos excepcionales -como la presencia de neutrales o los partidos de River en la B Nacional-, el fútbol local se jugó en escenarios con un solo color en las tribunas. La experiencia fallida de julio de 2013, en un triangular amistoso entre Boca, San Lorenzo y Estudiantes que terminó con dos muertos en una interna de la barra xeneize, cerró definitivamente la puerta a cualquier intento de reincorporar al público visitante.
Sin embargo, este jueves al mediodía, en el centro de monitoreo de la Policía Bonaerense en Puente 12, se oficializará la vuelta. Será bajo un estricto protocolo de seguridad que contempla 7000 localidades para los hinchas de Rosario Central, que deberán llegar en ómnibus de larga distancia sin paradas intermedias, sin banderas y bajo monitoreo permanente. El operativo implicará un 20% más de efectivos policiales que un encuentro habitual.
En la reunión participarán el ministro de Seguridad de la provincia, Javier Alonso; el presidente de la AFA, Claudio Tapia; los presidentes de Lanús y Rosario Central, Nicolás Russo y Gonzalo Belloso; y el titular de Aprevide, Guillermo Cimadevilla. Todos coinciden en que se trata de una prueba piloto. Si no hay incidentes, la idea es habilitar un solo partido por fecha con ambas parcialidades, evaluando caso por caso.
No obstante, hay reparos importantes. Clubes como Boca y River, cuyos estadios están completamente abonados, no están dispuestos a ceder localidades a hinchas visitantes. "Es antipático sacarles butacas a los socios. Además, hay que destinar pulmones de seguridad, lo que reduce aún más la capacidad", admitió a Infobae un dirigente de un club grande. Así, es posible que la medida no tenga reciprocidad: algunos equipos podrían recibir visitantes por razones económicas, pero no devolver el gesto en la revancha.
El valor de las entradas también es un factor. Lanús le asignará 7000 populares a Central a 23.000 pesos cada una. La recaudación es un incentivo claro. Pero desde el gobierno bonaerense ya advirtieron: "Si hay un solo incidente, no vuelven más".
En un contexto de violencia enquistada en el fútbol argentino, este paso representa una apuesta ambiciosa. El fervor por ver a Ángel Di María con la camiseta de Rosario Central puede más. Y si todo sale bien, quizás estemos ante el inicio de una nueva etapa, en la que el fútbol recupere algo que nunca debió perder: las dos hinchadas en las tribunas.